Hector Rivoira renunció esta tarde a la dirección técnica de Huracán, para descomprimir una situación que no tenía buen futuro. El Chulo se fue en excelentes términos con la Comisión Directiva.

«Contra Banfield nos silbó todo el estadio, y fue un partido que podríamos haber ganado. Esto ya no era deportivo, pasaba por otro lado«, dijo Rivoira, dando a entender que la gente respondía a un sector político del club.

«Después de haber hecho 26 puntos, que parecían inalcanzables, la gente tendría que haber aflojado, pero no lo hizo y seguían hechándole culpas a Carlos (Babington) y su Comisión Directiva por muchas cosas que no eran ciertas. Tengo la autoridad suficiente como para decirlo, porque lo viví. La dirigencia hizo muchas cosas por el club, cosas que la gente no sabe, han levantado juicios y si no fuera por ellos no sé realmente que hubiera sucedido en Huracán. Si el club está mal económicamente, es porque están pagando juicios de dirigencias anteriores».

Además, Rivoira hizo referencia a la gran relación que siempre mantuvo con Carlos Babington: «Carlos me pidió que me quedara, pero la decisión ya la había tomado el Domingo. Mi relación con él siempre fue excelente, es un tipo frontal que no anda con grises. Estoy eternamente agradecido a ellos. Dirigir a Huracán para mi fue un orgullo, algo muy importante en mi vida.»