Huracán es así, ya no nos sorprende. Cuando parecía que iba a tener un despegue, sacó un punto sobre nueve y se hundió más de lo que estaba. El partido con All Boys era otra final, como ante Gimnasia y Quilmes. Lamentablemente, a diferencia de esos dos encuentros, esta vez los jugadores no supieron cómo encararlo.
Así como acertó mucho desde que llegó, me parece justo destacar que Tito Pompei no la pegó con los cambios. Si bien Quiroga fue un desastre, cambiar un lateral por otro lateral cuando estás perdiendo es un desperdicio. Y quedó más en evidencia porque Angeloff cometió el penal. Después, tardó diez minutos de más en meter a Matute Morales, que tendría que haber ingresado antes por el tibio Torres.
Algunas cosas nos dejaron estas últimas fechas. En primer lugar, que Huracán depende demasiado de sus titulares; tener a Maidana lesionado es dar mucha ventaja. En segundo lugar, que Brítez Ojeda se ha ganado el lugar en el mediocampo a fuerza de buenas actuaciones. Y también que, creámoslo o no, empezamos a extrañar a Quintana.
Es una lástima sabiendo que, si nos llevábamos los tres puntos de Floresta, salvarnos de todo era una opción más que viable. Ahora ya casi queda descartada esa opción y nuestra meta principal es mantener la ventaja sobre Gimnasia (qué importante fue ese triunfo) y esperar que Quilmes no haga el milagro, para poder jugar la Promoción. Sí, habrá que aceptarlo. Hoy por hoy nuestro objetivo es jugar el Repechaje.
De todas formas, a pesar de la pobrísima actuación con All Boys, aún le tengo fe a este equipo. No por nada la hinchada lo despidió con un aplauso sostenido contra Racing. Es que muchas veces contagia por su entrega. El esfuerzo del Roly, los goles de Cámpora y el ida y vuelta de Battaglia, entre otros factores, hacen que yo no le tenga miedo a nadie para la Promo.
En teoría, el fixture inmediato parece casi imposible: Boca y San Lorenzo. Pero a no perder la fe. Hay que aprovechar el mal momento de los Bosteros (no vamos a comentar sobre la mala racha de cierto delantero para no despertar fantasmas) y liquidarlos de local. Y después vienen los Cuervos, que empezaron a declinar en su rendimiento. Es cuestión de tener fe y esperar. La esperanza es lo último que se pierde. Si sabremos de eso nosotros.
