“Estamos muertos” sentenció Rolando Zárate, vos estarás muerto Roly, porque yo sigo esperando una muestra de amor propio, una caricia a la gente que no soportaría un nuevo descenso.

Del partido se puede decir muy poco, porque se jugó muy poco. Los primeros minutos tuvieron un Huracán protagonista, más por obligación que por voluntad propia. Estudiantes tocaba en la mitad de cancha y era inseguro en defensa, por eso se permitía que Cámpora cabeceara solo y sin destino o que Rolando Zárate definiera muy mal mano a mano con Taborda.

Luego llegaría lo impensado, lo determinante, lo que nos clavó un puñal en el corazón a todos los hinchas de Huracán, lo que se sumó al montón de cosas que generaron los problemas del final. Rodrigo López tira un centrito, un tirito, una pelota sin peligro y Gastón Monzón la pierde. Un error infantil, no quiero pensar que a propósito, pero es realmente inentendible el balón que pierde Monzón, sirviéndole el gol a Pereyra, que no tiene otra que tocarla al arco vació.

Minutos más tarde Enzo Pérez desparrama a Monzón a la distancia y tira un centro, el uno Quemero no opone ningún tipo de resistencia y Rodrigo López marca, en soledad, tan solo empujando el balón, sin ningún tipo de molestia de la defensa de Huracán.

Lo que pasó después lo conocemos todos, menos los medios de comunicación, que se esmeraron por contar una verdad que no era. Los lamentables hechos que dieron por suspendido el partido tuvieron origen en una inoperancia, ineptitud y lavada de manos por parte de la Policía Federal. Los hinchas de Estudiantes de La Plata pasaron al sector central de la tribuna visitante, un sector que no está habilitado para ellos, al que no podían acceder.
Sin embargo lo hicieron, y cargaron, en un lugar donde no podían estar. A raíz de esto unas quince o veinte personas que estaban en la Miravé atravesaron como si nada un doble cordón policial y se comenzaron a tirar cosas con la gente de Estudiantes, que respondió antes de ser atacada. Esto generó que la hinchada de Huracán se lanzara en masa hacía el sector del disturbio, sin medir las consecuencias que eso le pudiera ocasionar al club, al igual que tampoco lo pensaron las veinte personas que comenzaron el enfrentamiento con la gente de Estudiantes.

Nada justifica la violencia y es condenable la agresión por parte de ambas hinchadas. Pero es necesario decir que la policía podría haber evitado el problema actuando rápido, y también hay que aclarar que la hinchada de Huracán no fue a agredir a la de Estudiantes pura y exclusivamente por estar en desacuerdo con el equipo y la Comisión Directiva (como reflejaron ayer Olé, TN, Canal 7 y más).

Germán Delfino dio por terminado el partido en el minuto 32, cotejo que sin lugar a dudas será completado, aunque difícilmente en el Tomás Ducó.

Párrafo para los pocos minutos que los jugadores tuvieron en cancha. Destacar la voluntad de Cámpora, las ganas de Battaglia, Machín y Peña, aunque lamentablemente estos dos últimos no pueden acompañar con algo de fútbol sus ganas.
Desastrosa y penosa la actuación de Maidana, un jugador que no tiene ningún tipo de compromiso con la causa, un tipo al que la pelota le quema, que no sabe dar un pase y que vaya a saber uno donde va a ir a jugar luego de su experiencia en Huracán.
Lo de Gastón Monzón es terrible, no tiene ningún tipo de justificativo y es inaceptable. Se verá si Monzón seguirá atajando en Huracán, incluso por el resto del campeonato. Un campeonato que hasta aquí es pésimo para Monzón. Si bien está protegido por la peor defensa del torneo, tuvo responsabilidad en un montón de goles recibidos. No creo que Monzón merezca un final así, pero el ciclo está terminado.

Lo que hay que hacer ahora es tener un poco de viveza, quedan quince puntos en juego (el partido con Estudiantes tiene aún 60 minutos) y es una estupidez obviar el hecho que su clásico rival está a la par nuestra. Gimnasia tiene algunos partidos para perder, al igual que Huracán. Pero el Globo tiene la posibilidad de completar el partido con Estudiantes. Seamos vivos, por favor.

Podemos evitar el descenso directo, más vale que podemos, pero hay que poner el pecho. Y poner el pecho no significa salir a decir que no hay plata, mucho menos a hablar mal de los que ya no están en Huracán. Hay que dar la cara, rápido, dirigentes y jugadores deben comprometerse ya mismo.

Nosotros tenemos que tener un poco de paciencia. Sé que es imposible, porque nos forrean todos los días, pero tengamos un poco de paciencia, siempre exigiendo que los responsables pongan el pecho en el nombre de Huracán.

No estamos muertos, que no nos hagan creer eso.