Matías Giordano: Tuvo una actuación destacada, aunque me quedó la sensación que pudo hacer algo más en los dos goles. Aclaro que ninguno de ellos fue su responsabilidad, pero en el primero se queda corto con la salida mientras que en el segundo llega a tocar el disparo, pero no a desviarlo. Reemplaza a la figura del equipo y esta vez manejó bien la presión, sacó dos pelotas claras de gol y pese a algunas salidas apresuradas terminó aportando seguridad.

Martín Nervo: Flojo partido de Nervo, fallando como marcador de punta. Retrocedió mal junto al equipo y al no tener un soporte claro delante de su posición quedó mucho mano a mano. Aunque ganó varios, también los perdió y no logró imponer su potencia en el juego aéreo. Se lo ve mucho mejor como central, esperemos a que Zaragoza no lo expulsen más en reserva, y que Mandarino pueda ponerse a la par pronto.

Santiago Echeverría: Jugó un gran primer tiempo, donde marcó muy bien ante los picantes delanteros de Godoy Cruz y hasta tuvo un cruce dentro del área que valió un gol. Ganó de arriba y fue seguro para la marca. En el complemento bajó su rendimiento, con todo Huracán, y quedó perdido en la jugada del segundo gol, pese a no haber marcado mano a mano a ninguno de los rivales.

Eduardo Domínguez: También tuvo un partido bueno, donde mantuvo el nivel de los últimos partidos y aportó seguridad a la hora de mantener la pelota lejos de Giordano. La expulsión termina siendo una mancha en su actuación, ya que llega tarde en la jugada que le vale la segunda amarilla y con claridad comete la falta que no le permitió estar en los últimos cinco minutos. No estará ante Gimnasia, volverá en el torneo local contra San Lorenzo.

Luciano Balbi: Si bien me gustó menos que en todos sus partidos anteriores, Balbi demuestra ser ese tipo de jugadores que garantizan cierto nivel. Tiró un centro bárbaro para que Wanchope estrelle su tiro en el travesaño, y pese a jugar con Sotelo delante quedó mucho mano a mano. Ganó y perdió en partes iguales, pero terminó destacando por su empuje y velocidad para el retroceso.

Iván Moreno y Fabianesi: No tuvo un buen partido, pese a que habilitó a Ábila en la previa al gol de Wanchope. Alternó entre el círculo central y la banda derecha, pero pese a mostrase con movilidad le faltó velocidad para el ataque, marca en el retroceso, y precisión en sus servicios. Cuando se vistió de lanzador abusó de los balones largos, y tampoco logró aportar claridad en el juego corto. Moreno suele ser un jugador que empuja mucho desde el banco, esta vez falló como titular y terminó mostrándose como una mejor alternativa actuando como relevo.

Gabriel Robledo: Buen partido del pibe, cambiando posiciones con Moreno y Fabianesi y adaptándose bien a ellas. Metió mucho en la zona central y no tuvo grandes problemas para jugar corto con sus compañeros. No desentonó para nada en el marco de un medio más combativo que de creación, y pese a que le faltó mayor presencia ofensiva logró desenvolverse como para volver a ser tenido en cuenta.

Ezequiel Gallegos: Con poquito, lo mejor de Huracán. Sobre todo por lograr mantener una nivel parejo durante los noventa minutos, donde metió muchísimo en el mediocampo y siempre buscó que sus servicios tengan buen puerto. Falló con los balones largos, no así en el toque corto. Destacó principalmente por ser el mediocampista que más marcó dentro de una línea media bastante defensiva, por estar siempre cerca de las jugadas y por mantener un temperamento alto y combativo durante todo el juego.

Guillermo Sotelo: Irregular partido de Sotelo, que jugó todo el cotejo como volante por izquierda. Tuvo buenas escaldas pero falló en el momento de la definición, pisó el área pero no tomó las mejores decisiones y pese a que se movió mucho no terminó siendo soporte para Balbi. Pudo haber buscado rematar a gol, o jugar algún centro al área. Estuvo muy estático en el mediocampo y no su actuación no terminó de ser convincente.

Daniel Montenegro: Jugó un muy buen primer tiempo, donde cometió muy pocos errores con la pelota dominada. Siempre fue vertical, mostró facilidades para limpiar rivales con el balón en el pie y jugó muy buenas pelotas largas que terminaron por crear situaciones de gol. En el complemento fue bajando su rendimiento, principalmente por el aspecto físico, y con un Huracán muy retrasado y alejando del arco rival su juego terminó siendo perjudicado. Sobre el cierre se quedó sin resto, y completó noventa minutos profesionalmente luego de más de tres meses. Mientras estuvo en ritmo marcó diferencias, en el complemento se cansó y estaba para ser reemplazado.

Ramón Ábila: Erró mucho, como él mismo declaró. Pero el esfuerzo que se le hace realizar a Wanchope es muchísimo, una exigencia que pocos clubes pretenden en sus centrodelanteros. Ábila volvió a ser el plan A, B y C. Todos los balones en ofensiva fueron para él, pero esta vez no estuvo fino para la definición. Pegó una en el travesaño y tomó malas decisiones en las otras dos que tuvo durante la primera mitad, apurando su tiro en bunas posiciones. En el complemento se perdió entre los centrales y ya no le llegaron balones limpios. Que Ábila juegue cuando otros descansan habla de lo mal que se armó Huracán, el Globo cambió mucho pero mantuvo una pretensión de sobre exigir las posibilidades individuales de Ramón. A no quemarlo, hay que trabajar para acompañarlo mejor y quitarle responsabilidad.

Iván Borghello: Anotó su primer gol con la camiseta de Huracán, el que significó el empate parcial. Luego mantuvo su postura lenta y de poca participación, sin ganar ningún mano a mano y exigiendo poco a los defensores rivales. Pero anotó y eso hay que valorarlo. Si usted me dice que Borghello mete un gol por partido y no toca ninguna otra pelota, yo firmo.

Nicolas Bruna: Jugó pocos minutos en los cuales no tuvo tiempo para demostrar condiciones, sí quedó mal parado en la jugada del segundo gol, perdiendo el primer salto con Ayoví.

Santiago Carrera: Jugó menos de diez minutos, por la expulsión de Domínguez, y perdió en la jugada del segundo gol rival. No tuvo tiempo para mostrarse, pero arrancó en desventaja por no poder imponerse en una jugada de balón aéreo dentro de nuestra área.