Otra vez a puertas cerradas saltaba Huracán al campo de juego, para recibir a un Olimpo de Bahía Blanca que llegaba sin triunfos en el torneo y con una notoria cantidad de minutos sin anotar goles. Pero pese a la superioridad lógica, el Supercampeón del Fútbol Argentino encaró los primeros minutos con una apatía desesperante. Tan dormido entró Huracán que la visita lo metió literalmente en su área, con tres tiros de esquina y un dominio inofensivo pero existente.

Sin embargo y al cuarto de hora el Globo tendría un premio grande en su primer excursión profunda a campo rival, Luciano Balbi sale por abajo del fondo y Patricio Toranzo rebota la pelota para que Agustín Torassa arranque la carrera. El delantero se mete al área y en gran maniobra pasa la pelota de pie a pie para eludir a dos rivales y ser derribado; Luis Álvarez pita penal. En la repetición observamos que Torassa fabrica la infracción,  el propio Agustín ejecuta la pena máxima con seguridad y pone a Huracán arriba en el marcador.

Con la ventaja el Globo justificó un poco la parsimonia, incluso se animó tibiamente a buscar espacios para volver a encontrar el arco rival. Torassa volvía a desprenderse para sacar un centro bárbaro que Iván Borghello cabecea bien en dirección a Champagne, pero la pelota pegaba en el techo del arco. El propio Memo tendría una nueva oportunidad desde arriba, cuando Espinoza lo ubica con maestría para que el delantero centro impacte el esférico de manera espantosa. En el final la balanza se inclinaba para nuestro lado y con muy poco nos íbamos en ventaja al descanso, dejando la sensación de necesitar levantar el nivel en el complemento.

La segunda mitad volvió a arrancar con Olimpo como protagonista, con Klusener perdiéndose una oportunidad importante de convertir. Marcos Díaz comenzó a cobrar importancia atenazando balones aéreos y controlando remates desde lejos. La ofensiva fue desempolvada por Espinoza, que ganó un balón perdido en tres cuartos para romper en velocidad y sacar un buen derechazo controlado por Champagne.

La segunda oportunidad que tuvo el Globo para aumentar ventaja fue un cabezazo de Echeverría, quien sin marca alguna y tras una pésima salida del uno rival le erró al arco vacío. Llegando a la media hora Apuzzo decidió el ingreso de Iván Moreno y Fabianesi por Patricio Toranzo. Huracán no estaba siendo acechado por el rival, lejos de eso la sensación como espectador indicaba que el equipo necesitaba refrescarse en la ofensiva para proponer el golpe a golpe, con Romero Gamarra o Montenegro.

Aparentemente Olimpo tomó el cambio defensivo que propuso Huracán como incentivo para animarse a ser protagonista, ya que adelantó sus líneas. El propio Moreno y Fabianesi fue tibio para disputar una pelota en el mediocampo y le regaló la posesión al rival, que llegó a la medialuna donde Lucas Villarruel cometió una falta evitable. En la ejecución de ese tiro libre la pelota se estrella en la barrera y el rebote le queda servido a Royón, quien sin marca fusila a Marcos Díaz para poner el empate.

Montenegro por Villarruel para intentar recuperar el terreno perdido, sin embargo a los pocos segundos Olimpo juega rápido una pelota parada en terreno propio y tras pelotazo Klusener pivotea (con la mano) pese a Echeverría y Vismara para que Encina traslade (ante la privilegiada vista del Torero Fabianesi) y habilite a Blanco. El rival limpia a Nervo y define cruzado para vencer a Díaz y dar vuelta el partido. Dos minutos dos goles en contra, Huracán arriesgó en su defensiva y terminó perdiendo.

El ingreso de Gil Clarotti por Mancinelli desnudó la desesperación (Lógica) de un desenlace inesperado pero paradójicamente previsible. Pese a intentarlo como nunca antes en el partido Huracán se aproximó pero solo consiguió recibir un tercer gol, en la última bola, cuando un cumulo de equivocaciones finaliza con la pelota cruzando todo y a todos para que Klusener ponga cifras finales.

Siete partidos enteros llevaba Olimpo sin marcar goles, aun así nos hicieron tres. La emoción de las Copas, ganadas y jugadas, nos condenó a conformarnos con un torneo espantoso. El equipo cambia horrores entre partidos y la enorme diferencia de rendimientos entre compromisos aporta un desconcierto que por momentos se convierte en desconfianza.

Huracán tiene material para estar tranquilo, pero ni siquiera se ubica en los primeros veinte puestos del campeonato. Dos triunfos en trece partidos es peor que mal, seis juegos sin ganar y una paliza categórica ante un equipo indudablemente menor.

La alegría que vivimos en las Copas la llevaremos siempre con nosotros, pero esto no debe ser excusa para no exigir, sí motivación para dejar de ahogarnos en vasos de agua y poner lo que hay que poner en el campo de juego. Es hora de transformarse de una buena vez en un equipo que salga a llevarse puesto a quien tenga delante cada vez que deba defender estos colores.

– Síntesis –

Huracán: Marcos Díaz; Federico Mancinell, Hugo Nervo, Santiago Echeverría y Luciano Balbi; Lucas Villarruel, Federico Vismara, Patricio Toranzo; Cristian Espinoza, Agustìn Torassa e Iván Borghello. DT: Néstor Apuzzo.

Olimpo (Bahía Blanca): Nereo Champagne; Juan Sills, Iván Furios, Néstor Moiraghi y Juan Quiroga; Juan Cobo, Jonatan Blanco y Jaacobo Mansilla; Joel Acosta, Gonzalo Klusener y Joel Amoroso. DT: Diego Osella.

Goles: 15  min. Torassa (H) de penal, 76 min. Royón (O);  80min. Blanco; 93min. Klusener. (O)