Mucho se hizo y se hace desde los hinchas de fútbol más racionales, desde las dirigencias y desde algunos futbolistas, para frenar la violencia en el fútbol, para mostrar que al rival no hay que verlo como a un enemigo. Algunos lo entienden, otros lamentablemente no.
Durante la semana, los presidentes de Huracán y San Lorenzo se mostraron juntos, una vez más, en la Feria del Libro, para mostrar un claro mensaje hacia el resto y afianzar aún más la relación entre ambos.
Los jugadores de Huracán, tanto antes como después del partido, fueron mesurados en sus declaraciones para no poner picante un clásico que no necesita de ninguna declaración «vende humo» para serlo. Siempre será un clásico en el que se juega todo. El plantel fue respetuoso al llegar al Nuevo Gasómetro, cantando desde arriba del micro y mostrando profesionalismo una vez abajo del mismo.
Si hacemos memoria y nos vamos tiempo atrás, vamos a recordar situaciones en las cuales el hincha de Huracán fue solidario con su par de San Lorenzo.
Cuando se suicidó Mirko Saric, jugador del Ciclón, la barra Quemera de aquel entonces colgó de la popular un muñeco ahorcado con la remera de San Lorenzo. La situación fue repudiada por toda la popular. Tanto es así que, cuando la policía retiró el muñeco, la gente aplaudió de pie.
Pocos meses atrás, y ante el fallecimiento del hijo de Sebastián Torrico, arquero de los de Bajo Flores, el plantel salió a jugar ante River con una remera con la leyenda «Fuerza Torrico«. Además, desde las redes sociales se propuso aplaudir al arquero cuando este se acercara a la popular Bonavena en el clásico jugado en el Ducó. La gente, en un enorme gesto de apoyo y solidaridad, lo aplaudió, aunque Torrico jamás contestó.
Tras la desgracia (con suerte) sufrida por el plantel de Huracán en Venezuela, fueron muchos los planteles que se solidarizaron con nuestro club, desplegando banderas al ingresar al campo de juego para jugar sus partidos. Desde San Lorenzo no lo hicieron. Solo una mención de Julio Buffarini en Twitter y Leandro Caruzzo en los medios. Nada más.
Ayer, minutos antes de comenzar el partido y cuando el cuerpo técnico de Huracán y los suplentes se estaban acomodando en el banco visitante, desde la platea arrojaron dedos ortopédicos (cuatro), en el afán de recordar el accidente que el plantel del Globo sufrió volviendo de Venezuela, en el que Toranzo, que estuvo cerca de perder un pie, se llevó la peor parte.
Una vez finalizado el partido, Ortigoza y Romagnoli salieron a hacer desafortunadas e innecesarias declaraciones, mostrándose más como hinchas que como jugadores profesionales. Es evidente que les ardía y mucho no poder ganarle a Huracán en los últimos partidos, pero la bronca y sed de revancha se demuestran dentro de la cancha. Afuera, generan violencia e indignación, con el solo afán de ser ídolos ante su gente.
Hay algo que está claro, y que desde este medio repetimos constantemente en nuestras redes sociales: «son todo lo que no queremos ser, jamás«.
Director, redactor y conductor de SoyQuemero