Se perdió el clásico y duele por la forma, porque Huracán hizo un buen primer tiempo pero un error -inadmisible en jugadores profesionales- y un gol 2 minutos después de la injusta expulsión de Toranzo sellaron el partido antes de los 20’ del complemento.

Caruso realizó 2 variantes tácticas con respecto al partido ante Rosario Central. Por un lado, ingresó Mariano González en lugar del “Rolfi” Montenegro para darle mayor contención al equipo, y por el otro, la aparición de Ignacio Pusetto por el sector izquierdo del ataque.

Además, la defensa estuvo integrada por los mismos 4 protagonistas que el cotejo anterior (Romat, Nervo, Mancinelli y Araujo por el sector izquierdo), la mitad de la cancha la ocuparon Bogado y Fritzler, y por último, el “Kaku” Romero Gamarra jugó de “enganche” con libertad de movimiento pero volcado mayormente hacia la derecha.

Durante los minutos iniciales el Globo le entregó la iniciativa a San Lorenzo y se replegó en el campo diagramando en la faceta defensiva (como suele disponer el DT) un 4-4-2, con González marcando la banda derecha y Pusetto haciendo lo propio por la izquierda.

A partir de los 10 minutos, Huracán tomó otra postura y se instaló en campo rival, utilizando prioritariamente el extremo derecho para atacar en sociedad con González, el “Kaku” (que alternaba posiciones con el ex Racing) y Jerónimo Barrales o Nicolás Romat.

La intensidad fue variando y el partido se tornó de ida y vuelta, pero siempre con el Quemero como principal protagonista.

Sin embargo, a los 27 minutos, la infantil ejecución de un tiro libre en mitad de cancha por parte de Mauro Bogado, devino en una corrida de 70 metros de Martín Cauteruccio habilitada por un retroceso propio de un jugador amateur del ex San Martín de San Juan, que abrió el marcador para el eterno rival.

Luego del gol, San Lorenzo tomó por algunos minutos las riendas del partido, pero rápidamente Huracán recuperó el protagonismo y cerró la primera parte dejando una buena imagen en la faz ofensiva, adelantándose en el campo y generando juego asociado siempre priorizando el ala derecha, donde Romero Gamarra, González y Romat formaban una buena sociedad para buscar a Barrales o a Ignacio Pusetto que esperaban en el área rival.

El segundo tiempo se resolvió rápidamente.

A los 7 minutos, Diego Mendoza reemplazó al ex hombre de Atlético de Rafaela, por lo que el 4-2-3-1 inicial pasó a ser un 4-4-2, con el “Kaku” y González en la posición de “11” y “8” respectivamente.

El esquema articulado por el DT duró 5 minutos, ya que a los 12 del complemento Patricio  Toranzo reemplazó a Mariano González, ubicándose cerca de Fritzler y Romero Gamarra, y relegando de esa manera a Mauro Bogado a la derecha.

Pero tan sólo 2 minutos después, el “Pato” sería  expulsado por un pisotón visiblemente casual a Fernando Belluschi, lo que hizo que el ingreso de Diego Mendoza por Mariano González terminara siendo contraproducente para Huracán, ya que a partir de ese cambio el equipo perdió en elaboración, aspecto que no volvió a recuperar en el resto del partido precisamente por el poco tiempo que duró Toranzo en cancha.

El Globo sintió el duro golpe de la injusta expulsión del número 18 y el gol de Blanco 2 minutos después, y ante la imposibilidad de generar juego en el centro del terreno a partir de la pérdida de su principal carta de elaboración, el equipo se estancó.

Ya sin una idea clara de ataque, el Globo quedó esquemáticamente con 3 jugadores en la mitad de la cancha, a pesar del adelantamiento de Carlos Araujo para cubrir la espalda de los mediocampistas.

Finalmente, a los 33’ del complemento, Lucio Compagnucci ingresó por Romat y se paró a la derecha de Fritzler desplazando a Bogado a la posición de “4”, modificación que buscó cortar los avances “Cuervos” en la mitad de la cancha, ya que el conjunto del Bajo Flores se envalentonó al tener un hombre más en cancha que su rival.

Lo cierto es que, Huracán dejó de jugar el partido tras la expulsión de Toranzo y la posterior anotación de Blanco y terminó “aguantando” el resultado hasta el final del mismo.

En la era Caruso, el Globo ganó 1, perdió 3 y empató 1, una marca que preocupa ya que el conjunto no sostiene un nivel parejo más de 45 minutos por partido y cada vez se acerca más a los puestos de descenso.

Ahora se vendrá Racing, en 2 semanas, en el Palacio Ducó, en un contexto más que adverso para Huracán, que necesita más que el agua de una victoria que apague el incendio que el “Bombero” Caruso Lombardi está lejos de poder extinguir.