Matías Giordano: Si bien no fue principal responsable en ninguno de los goles del rival, careció de herramientas para evitarlos. Dejemos de lado el penal, donde incluso tuvo viveza para bajar al delantero sin una intensidad que le valiera la roja. Pero tanto en el primer como en el segundo gol pudo hacer algo más para evitar la caída, se tiró pronto en el uno a cero y tarde en el cero tres. No tuvo grandes atajadas pero fue espectador de lujo en los cuatro avances más claros que logró el rival, tres terminaron en gol y el otro se estrelló en el palo.

Nicolás Romat: Mala actuación de Romat, quien pesó negativamente en ataque. Buscó mucho por la banda sin embargo logró poca precisión, jugó mal cada centro que tiró e incluso finalizó de forma pésima la única buena jugada que enhebró. Su actuación defensiva tuvo altibajos, hizo agua durante la primera mitad pero ganó solidez cuando se armó la línea de tres. Terminó expulsado de forma exagerada por parte del árbitro del partido.

Martín Nervo: Le faltó firmeza para intentar evitar el primer gol y por cuestiones lógicas ni siquiera apareció en la foto de los otros dos. Nervo no tuvo un partido malo, sin embargo el resultado no colabora para poder destacar aspectos de su juego. Vale decir que se bancó muy bien el segundo tiempo siendo el único central del equipo, pero queda en el aire la idea que pudo haber hecho más para evitar esta catástrofe deportiva.

Luca Sosa: Condenatorio partido de Sosa, con todo el dolor que conlleva ver a un juvenil fallar de esta forma. Azconzábal puso confianza en él tras su pésima actuación ante Racing y Luca no tuvo firmeza mental para responder, hizo agua en el primer gol y fue principal responsable en la gesta de los otros dos. Sus errores fueron muy marcados y hablaron a las claras de un pozo en su nivel del que no ha logrado salir. Fue reemplazado en el complemento e hizo méritos para no volver a tener minutos en el primer equipo a corto plazo.

Lucas Villalba: Tuvo buenos movimientos que no alcanzaron para hacerlo lucir, de todas formas Villalba tuvo continuidad en algunos aspectos positivos que mostró en Racing. Buen ritmo para la marca, inteligencia para jugar la pelota y criterio ofensivo. Quizás le faltó ser más expeditivo en sus ataques y un poco más de recorrido por su carril, de todas formas fue de los pocos aprobados que tuvo la tarde.

Lucio Compagnucci: No lució pero fue importante para mantener el poco equilibrio que mostró Huracán en el partido, Compagnucci tuvo buen criterio para ceder la pelota e intensidad para la marca. En esta oportunidad se lo notó más solo en el círculo central que frente a Racing, sin embargo se las ingenió para cubrir bien los espacios aunque quedó continuamente desprotegido a sus espaldas. Fue primer toque del equipo metiéndose entre los centrales y también se pegó a Nervo tras la salida de Sosa. Terminó viendo la roja por doble amarilla, cada una de ellas infracciones calculadas que evitaron peligrosos contragolpes del rival.

Patricio Toranzo: Flojísimo partido del Pato, mucho más parecido a las sombras del semestre pasado que a las buenas luces que había mostrado ante Racing en Avellaneda. Toranzo equivocó constantemente los caminos al ejecutar pelota parada y salvo contadas excepciones no pudo hacer valer su buena pegada con balón en movimiento. No tuvo firmeza para la marca ni conectó con la ofensiva del equipo, su mejor intervención fue un gran centro a Angulo que Velásquez se encargó de tapar.

Mariano González: Arrancó para comerse la cancha, terminó mordiendo el suelo. Mariano tuvo el uno a cero a favor del Globo, ingresó perfecto al área pero dudó en la definición perdiendo un mano a mano increíble. González tuvo buenos intentos con el balón dominado pero le faltó velocidad, por lo cual y con el correr de los minutos cada uno de sus movimientos se volvió más lento y anunciado. Otro de los que perdió terreno en relación al último amistoso.

Julio Angulo: El hombre de las dos caras, ese que tiene la velocidad para marcar diferencias pero por momentos no es capaz de limpiar a un rival. Aquel que logra sacar tremendos disparos con poco recorrido y a su vez es capaz de errarle al arco por muchísimo margen. Ese que resuelve todo con un pique al vacío, o puede estar varios minutos sin aparecer en escena. Angulo fue todo eso en Venezuela, logró ser el jugador que más peligro generó al rival pero a su vez participó en maniobras irritantes. En el equilibrio de sus dos versiones estará el rédito que puede sacar el Globo, mientras tanto no queda otra que seguir esperándolo.

Norberto Briasco: De lo más destacado por contexto, un pibe que es tirado al primer equipo y a fuerza de gambeta y velocidad se gana un lugar con pocas buenas participaciones. Norberto habilitó a González en lo que pudo ser el primero y tuvo dos muy claras para descontar en el complemento. Volvió a mostrarse encarador y peligroso, sabiendo moverse por la banda pero con muy buen criterio para aparecer dentro del área. En una delantera todavía acéfala, Briasco se erige como la mejor opción.

David Depetris: Muy liviano, demasiado. David no tuvo ninguna servida para buscar el gol, pero tampoco hizo nada para crearse sus espacios propios. Jugó poco de espaldas al arco y casi que no conectó con el circuito ofensivo del equipo. Se lo notó algo pesado en sus movimientos y jamás fue foco de atención dentro del área. Tuvo una clara que no definió mal, con un potente cabezazo que le salvó Velásquez. Está clarísimo que no alcanza con Depetris, pero como viene la mano habrá que apoyarlo y acostumbrarse.

Lucas Chacana: Ingresó con el resultado puesto y poco pudo hacer para torcerlo, se movió por la banda derecha teniendo muy poco peso en las acciones del partido. Su participación más memorable fue un centro a las nubes.

Alejandro Romero Gamarra: Poco tiempo en cancha para un Kaku que poco hizo para demostrar que se equivocaron al tenerlo en el banco. Una buena jugada para habilitar a Angulo y algunos pases mal dados.

Daniel Montenegro: Jugó un puñado de minutos en los cuales no modificó la ecuación. Tuvo un par de buenas embestidas ofensivas y decidió muy mal la ejecución del último balón del juego.