Huracán tuvo un paupérrimo partido ante Vélez, en el que no se adaptó a los cambios tácticos introducidos por el DT y tardó mucho tiempo en encontrar los caminos hacia el arco de Assman.

A diferencia de los dos partidos anteriores en los que el Globo jugó con tres hombres en el mediocampo, esta vez Azconzábal dispuso en el último momento un 4-4-2, con Chacana en el lugar de Briasco por la derecha (aunque jugando algo más retrasado), Fritzler y Bogado ocupándose del centro del campo, y Mariano Gónzalez por la banda izquierda.

En la faz defensiva el equipo fue similar a lo que viene mostrando, con la zaga predilecta del DT integrada por Romat, Nervo, Mancinelli y Villalba, sumado a la colaboración de Fritzler, mientras que la delantera quedó conformada por Diego Mendoza –quien sigue sin tener injerencia en el juego- y el ecuatoriano Angulo.

Con este esquema, los del “Vasco” sufrieron los primeros minutos del encuentro sin poder hacer pié por tener que preocuparse al mismo tiempo de leer el juego del rival y de “aggiornarse” a una idea de juego que, se notaba, le era impropia.

Sin embargo, no todo fue culpa de la formación, ya que todas las veces que el Globo buscó generar jugadas por el lado derecho asociando a Chacana y Romat, se encontró con la pésima tarde-noche del chico tucumano, cuya falta de peso en ataque echó por tierra los planes del entrenador, que apostó demasiado a la habilidad del ex San Martín de Tucumán.

Tras no poder generar situaciones de peligro y con el gol “fortinero” a cuestas, Mariano González se adelantó y Angulo pasó a la derecha hasta el final de la primera parte con la intención de irse al descanso con el marcador igualado.

En el segundo tiempo, Huracán salió con la misma propuesta de los primeros 45, aunque no por mucho: a los 8 del complemento, Azconzábal apretó el botón de reseteo y sacó al apagado Chacana para el ingreso de Briasco, modificando el dibujo táctico.

Briasco como extremo izquierdo y el ecuatoriano en la punta derecha, y Bogado, Frizler y González en mitad de la cancha le dieron forma al 4-3-3 con el que Huracán comenzó a sentirse más cómodo y en consecuencia a atacar con más fundamentos a Vélez, aunque nunca pudo hacerse completamente del dominio del partido.

A los 25 minutos, Romero Gamarra reemplazó a Diego Mendoza generando otra variable táctica: Briasco pasó a ser centro delantero, mientras que el “Kaku” se paró por la izquierda.

A pesar del golpe de timón que significó el cambio de esquema, el Globo no encontraba los caminos y estaba lejos de plasmar su idea en la cancha, por lo que minuto a minuto parecían irse cerrando los caminos para el empate.

A los 35’ del segundo tiempo, el DT se la jugó: sacó a un central (Mancinelli) y metió al “Pato” Toranzo a colaborar en la elaboración del juego, parándose entre Fritzler y M. González, aunque naturalmente más adelantado que el “Polaco”, determinando un 3-4-3 hasta el final del partido.

Gol de Bogado de por medio, se logró un importante punto, a pesar de que la expectativa -por la historia reciente y por el presente mismo- era llevarse de Liniers los tres puntos.

Al Globo le jugó en contra salir a la cancha con un sistema de juego diferente al que venía trabajando, sumado al bajo rendimiento de las puntas de lanza de la estrategia, lo que quedó expuesto al pasar del 4-4-2 al 4-3-3, cuando se mejoró el rendimiento.

Mejor no metamos mano, “Vasco”…