Superliga 2017/18 – Fecha 24; Tigre 0 vs. Huracán 2 – El seguimiento de cada jugador del Globo.

Marcos Díaz: Durante la primera mitad sacó dos mano a mano con el partido uno a cero, resolvió con mucha velocidad de piernas y jerarquía un par de jugadas calcadas ante cada delantero de Tigre. Tuvo mucha personalidad para atenazar cada balón recibido, casi no cometió errores dentro de su área e incluso generó con un saque bien direccionado el primer gol. En el complemento no necesitó grandes atajadas para ser importante, aunque sí se lució en la última volando ante el tiro de González. Responsable directo del gran momento de Huracán, no te vayas nunca Marcos.

Carlos Araujo: Otro muy buen partido del Pipi Araujo, esta vez con gol incluido. Se movió con mucha personalidad por la banda derecha, fue importante cada vez que cruzó mitad de cancha y transitó sin complicaciones el retroceso. Tuvo mucho olfato para convertir la diana que nos dio tranquilidad, segunda con nuestra camiseta. Tras el ingreso de Chimino se adelantó y hasta tiró un taco para Montenegro que no terminó en gol de Coniglio de casualidad.

Saúl Salcedo: Levantó su nivel en comparación al partido anterior y estuvo mucho más cerca de su versión pre-lesión. El paraguayo tuvo cierres providenciales, empuje en la salida y hasta una deliciosa parada de balón en pleno campo propio. Uno entiende que la opción de cara es alta, que pueden o no existir maniobras para desviar la atención de futuros compradores, pero en cada partido Salcedo entrega motivos para quedárselo.

Martín Nervo: Regresó al primer equipo y lo hizo bien, más allá de quedar en la foto de las dos jugadas que Marcos Díaz tapó mano a mano durante la primera mitad. Trabajó mucho ante los buenos delanteros de Tigre y también ganó bastante en el juego aéreo. Buena vuelta del capitán, otro de los jugadores que sin brillar logró cambiar su imagen en relación al primer semestre de 2017.

Pablo Álvarez: Con buenas y malas tuvo un partido correcto en líneas generales, se movió mucho por la banda izquierda logrando también algunas pocas participaciones positivas en ataque. Marcó bien aunque quedó pagando en situaciones puntuales, como los ya mencionados mano a mano que tapó Marcos Díaz. No podemos desconocer que su ingreso coincidió con la última remontada del Globo en la temporada, su regularidad y plenitud física resultados importantes para el Globo.

Adrián Calello: Nuevamente tuvo una actuación para destacar, volviendo a dejar en claro que no puede faltar en el once titular. Calello jugó cerca de los centrales y terminó sacando varias pelotas dentro del área, equivocó algunos pases pero eso no le impidió participar positivamente en la circulación del balón. Mordió y recuperó durante todo el cotejo, otro jugador para quedarse.

Israel Damonte: El líder espiritual del equipo, presente en cada sector de la cancha y figurando siempre en las fotos importantes del partido. De arranque metió un cabezazo que pudo ser gol, luego dejó en claro tener alguna incidencia en la previa la segundo, yendo a buscar el rebote exactamente donde pateó Bogado. Terminó pidiendo el cambio por una molestia, ojalá haya sido solo precaución, eso pareció teniendo en cuenta que el partido estaba calmo. A poco de cerrar el semestre Israel le dio la razón a aquellos que se alegraron con su contratación y nos demostró lo contrario a quienes creíamos que su edad podía ser impedimento.

Mauro Bogado: Hizo un gran primer tiempo, muy cerca de la jugada y siendo en varios pasajes el conductor del equipo. Es cierto que le faltó precisión en la pelota quieta y en movimiento, sin embargo terminó compensando con el tremendo tiro libre que terminó con el segundo. Mauro metió mucho por banda izquierda y centro, en el segundo tiempo se lo notó desgastado desde lo físico aunque aguantó muy bien el pitazo final.

Nicolás Silva: Otro gol del Mosquito, pieza fundamental en la creación de juego. Pisó el área con mucha seguridad para hacer lo que la maniobra pedía a gritos, un derechazo potente que superó las manos del golero rival. Nicolás juega, hace jugar y también tiene el ritmo para marcar; es cierto que sus apariciones son esporádicas, esto no le impide tener la capacidad de ser decisivo. Esta vez aguantó mejor en el aspecto físico, aunque nuevamente terminó reemplazado.

Ignacio Pussetto: Tuvo un partido con lagunas, pero aun así encontró lugar para acercarse a su mejor versión. Se movió por cada rincón de la ofensiva, siempre pendiente de la marca pero buscando el recoveco para intentar atacar. En la primera mitad lastimó cuando apareció por el centro, ya en el complemento tuvo cinco minutos infernales en donde hizo lo que quiso y ante la cantidad de rivales que se le presentaran; eso sí, lejos del área. Durante el cuarto de hora final tuvo su gol, aunque Chiarini se lo negó.

Diego Mendoza: Pura voluntad para Mendoza, que esta vez estuvo realmente cerca de convertir en la única jugada clara que logró, maniobra 100% individual que Chiarini despejó a córner. Compensa con empuje su irregularidad técnica, corre muchísimo y se vive fajando. ¿Alcanza? Los resultados así lo indican, aunque se mueva lejos del gol. Podemos criticar varias cosas desde lo futbolístico, pero es su espíritu el que le entrega el lugar. Y lo está defendiendo.

Cristian Chimino: Entró por la lesión de Damonte a ocupar el lateral derecho, alternó buenas y malas pero con saldo positivo. Aportó frescura a la banda y logró un par de quites para destacar.

Fernando Coniglio: Se movió con todos los espacios que no tuvo Mendoza, erró una muy clara de cabeza y luego buscó dos veces más con tiros desde la puerta del área. Se notó que buscó el gol, ese mismo que le entregaría la titularidad, pero le faltó poco. Merece más minutos, aunque lo necesitamos más enchufado.

Daniel Montenegro: Entró con las ganas de siempre, hizo jugar al equipo y tuvo un tremendo derechazo que Chiarini, como Chávez la semana pasada, bloqueó con gran respuesta poniéndose la gorra. El Rolfi no quiere que sus últimas funciones pasen desapercibidas, se nota y es para celebrarlo.