Superliga 2017/18 – Fecha 26; Talleres 0 vs. Huracán 0 – El seguimiento de cada jugador del Globo.
Marcos Díaz: Las pocas veces que Talleres encontró claridad ofensiva Marcos Díaz apareció en toda su dimensión. Nuestro arquero fue fundamental para mantener el arco en cero, no es que el rival haya sido superior, pero sí tuvo opciones muy nítidas que Díaz fue desactivando una por una. Las mejores fueron las dos últimas, curiosamente (o no) lo más destacado del rival en toda la noche; primero se lució tras el error de Nervo y luego voló para evitar el cabezazo de Quintana. Pilar de este presente, neurálgico en nuestro pasado, ojalá que vigente en el futuro.
Carlos Araujo: De menor a mayor, arrancó con algunas dudas por la banda e incluso quedó pegado en una jugada que debió ser cobrada como penal para el rival. Fue ganando aplomo con el correr de los minutos y terminó siendo decisivo en defensa, además de lograr contribuciones ofensivas que culminaron con un tremendo derechazo que pudo ser gol.
Saúl Salcedo: Parecía que la pronta amarilla lo dejaba en la cuerda floja, pero lejos de eso Saúl construyó una actuación muy buena durante toda la noche. Fue un auténtico frontón en el balón aéreo, devolvió de todo y casi que desactivo a los diferentes delanteros que se le pegaron. Su único fallo fue sobre el final, quedó corto en un anticipo pero el atacante Matador se mancó a la hora de definir. Hasta la revista Caras publicó que Salcedo es caro, los grandes jugadores merecen grandes decisiones.
Martín Nervo: Construía una actuación sobria hasta esa nefasta decisión que tomó, inmerso en dudas, comprometiendo la actuación de todo el equipo. Nervo tuvo durante toda la noche la premisa de despejar lejos cualquier balón que robara, así es como entregó córners evitables y pases desviados, sin embargo se nubló en el momento donde no había margen para hacerlo. Y menos uno espera eso de su capitán. Gracias a Marcos Díaz quedó solo en anécdota.
Pablo Álvarez: Otro que alternó buenas y malas, pero con balance positivo en el global. Pablo tuvo buenos cierres dentro del área más valorables que las complicaciones mostradas con balones a su espalda. No se movió de su posición en defensa ni conectó con los volantes, se dedicó a defender y terminó cumpliendo.
Adrián Calello: Logró quites muy buenos en mitad de cancha y también cerca del área propia, perdió cada vez que se apareció por alguna de las bandas pero pocas veces con riesgo. Calello fue un jugador sin la pelota y otro con la misma; posicionalmente se lució bastante, fue equilibrio para sus compañeros de línea media e importante en el desarrollo. A la hora de jugar no tuvo precisión ni fluidez.
Mauro Bogado: Lo mejor, por lejos, de Huracán en la primera mitad. Mauro se movió del centro a la derecha, jugó cuando nadie más lo hacía y encabezó varios ataques tirado a la banda. Fue perdiendo ritmo con el correr del partido pero jamás dejó de ser importante, tuvo un tiro libre largo en el que quedó realmente cerca de convertir. La perla negra fue sin dudas su amonestación, una falta tan evitable como innecesaria en el círculo central que lo deja fuera de la final con Boca.
Israel Damonte: Aún con sus altibajos fue una pieza clave para Huracán, aportando ese empuje diferente en cada maniobra y con su habitual claridad para leer las distintas situaciones del partido. Se paró por delante del doble cinco aunque siempre presto para tomar posición defensiva, incluso pisó el área con una buena decisión que terminó ejecutando mal en opción clarísima para el equipo. Poco más para agregar sobre este jugador que en poco tiempo nos metió a todos en el bolsillo, simplemente el deseo de seguir contando con sus servicios en este nivel.
Ignacio Pussetto: Fue volante durante toda la tarde, arrancó por izquierda y luego fue a la derecha, pero siempre con mayor atención defensiva que ofensiva. Esto le quitó vértigo e incidencia, no fue el Nacho de siempre más allá de alguna pincelada (demasiado) aislada. En ataque apareció poco e intentó un par de disparos sin dirección. El precio que pagamos cada vez que Pussetto defiende es muy alto, pero al momento los números le siguen dando la razón al entrenador, aún con la sensación de estar desperdiciando un recurso único.
Nicolás Silva: Buen partido del Mosquito, con intermitencias pero siempre valiente para buscar la pelota e intentar jugar. Fue quien mejor trató el balón del equipo durante el cotejo, y también el mayor proveedor de jugadas de riesgo, con tremendo zurdazo en el primer tiempo incluído. Fue perdiendo frescura en el complemento hasta ser reemplazado, el equipo notó su ausencia.
Diego Mendoza: Con la lucha de siempre aunque en un contexto más aislado, quedó preso de los centrales rivales y no mostró mayores recursos por fuera de la garra y un par de buenos pivoteos. Sí peinó bien un balón largo en la previa al tiro de Silva de la primera mitad y también metió un cabezazo desviado en el complemento. Empuje garantizado, nada más y nada menos, cada uno lo valorará en su medida.
Andrés Chávez: Muy poco del comandante, ingresó en un momento en donde Huracán atacaba muy poco y nada hizo para cambiar la ecuación. Equivocó caminos en los pocos contactos que tuvo con el balón.
Cristian Chimino: Ingresó para reforzar la banda derecha y cumplió. No tuvo demasiado trabajo pero sí se metió rápido en partido sacando un balón que quemaba dentro del área.
Fernando Coniglio: Un puñado de minutos en cancha donde Fernando dejó pasar una buena maniobra lanzando defectuosamente un centro. Parecía que se llevaba todo puesto pero nuevamente fue solo insinuación.
Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.