Superliga 2018/19, Fecha 8 – Huracán 0 vs Argentinos Jrs 0 – El seguimiento de cada jugar del Globo.
Marcos Díaz: Las circunstancias hicieron que en el Ducó no hubiera clima de despedida, aun cuando cada Quemero sabía que pudo ser su último juego con nuestra camiseta. Su actuación fue muy buena bajo los tres palos, desactivando dos de las tres situaciones de peligro que creó Argentinos en toda la noche, pero brotó nervios por el tiempo que tomó en cada saque de arco. Tuvo una atajada excelente, tras error propio, y logró la séptima valla invicta en los 14 juegos de Superliga. Si fue la última, muchas gracias Marcos.
Cristian Chimino: Fue el empuje en momentos donde Huracán no lo tenía y quien rompió líneas ofensivas durante varias oportunidades ante la pasividad generalizada. Cristian destacó por su voluntad en terreno rival, con tres tiros al arco y mostrándose como opción de descarga. En defensa pasó pocos sobresaltos, más allá de algún cierre en la zona central.
Saúl Salcedo: Levantó su nivel en relación al juego ante Gimnasia, Saúl mantuvo al mínimo el margen de error y aún con mucho trabajo falló realmente poco. Tuvo criterio con la pelota y también fue salida en un par de oportunidades, ganó bastante de arriba y fue certero en los cierres.
Federico Mancinelli: Tuvo una actuación correcta, en líneas generales positiva y con más aciertos que errores. El capitán cubrió bien su zona en el campo de juego y no pasó sobresaltos dentro del área, amén a algún pequeño desajuste. Realizó un buen muy semestre en el cual recuperó la titularidad tras sus intermitencias, demostró estar a la altura e incluso fue un pilar alto del equipo.
Carlos Araujo: Volvió al primer equipo tras su factura y lo hizo bien, se notó la inactividad pero de todas formas el Pipi se las ingenió para que esto no pese en su actuación. Sí pasó realmente poco al ataque, más allá de algún bochazo para Gamba, pero la noticia es que podemos volver a contar con él. Fue reemplazado en un cambio táctico que terminó desarmando al equipo.
Israel Damonte: Flojo partido de Israel, impreciso con la pelota y condicionado por una construcción de mediocampo que hizo agua durante toda la noche. Jamás negocia su actitud ni vehemencia para la marca, sin embargo esta vez cedió varios balones a rivales y fue forzadamente encargado de generar circulación. Tras la Araujo y el cambio de Pérez debió hacerse cargo en su totalidad de la línea media, el físico le pasó factura dejando en claro lo mala decisión tomada por el entrenador. Nadie discute su valor dentro y fuera de la cancha, pero jugó notoriamente por debajo del nivel habitual.
Walter Pérez: Otra vez fue rueda de auxilio, ocupando un lugar que no venía ocupando y bancándose una modificación de puesto en pleno partido. Si no fuera capaz de hacerlo no lo haría, de todas formas esto le quita frescura a Walter y se nota. Aun así el pibe destaca a fuerza voluntad y despliegue físico, nunca da la pelota por perdida y cuando sufre un robo vuelve sobre sus pasos para intentar resolverlo. Ojalá se pueda explorar su fútbol más allá de su capacidad de cubrir huecos.
Patricio Toranzo: Cumplió 200 partidos con la camiseta de Huracán, una cifra absolutamente importante y difícil de alcanzar en la dinámica del fútbol actual. Felicidades por eso. En cuanto al juego cumplió durante la primera mitad pero no encontró regularidad en su fútbol, corrió mucho sin la pelota y alternó buenas y malas cuando debió cederla. Regaló algunos toques de distinción y también recuperó en el círculo central. Ya en el complemento fue forzado a colaborar con la marca y eso le quitó juego, debió ser reemplazado por Roa y terminó ofreciendo realmente poco cuando pedía cambio varios minutos antes de finalizar los noventa.
Carlos Auzqui: Tuvo dos opciones clarísimas para convertir, el arquero le negó un shot formidable y luego erró de forma insólita un mano a mano muy similar al que perdió con Belgrano y en una definición idéntica a la de su gol ante Gimnasia. Auzqui aportó despliegue físico pero terminó cayendo en intermitencias, equivocó caminos durante el complemento y aunque sintió cansancio podría haberse quedado en cancha hasta el final.
Lucas Gamba: Otra vez lo mejor del Globo, por espíritu y a pesar de cometer errores con la pelota. Vale la pena seguir solamente a Lucas durante los partidos para entender su importancia, ya que pasa de tirar un córner en la derecha a buscar recibir el lateral por la línea contraria. Juega de once, nueve y siete, se mueve por él y por su compañero de ataque. Además es peligroso, generó dos situaciones de gol en el arranque del juego que el golero rival desvió a córner. No estuvo fino durante el complemento pero jamás perdió empuje, podemos discutir si tener que aparecer por todo el frente de ataque es virtud individual o falencia colectiva; lo que no está en debate es la importancia de Gamba, un futbolista que llegó figura y tras adaptarse lo es con nuestra camiseta.
Diego Mendoza: Mucho empuje, poco juego. Diego pasó más tiempo en el piso que en pie, fruto de su constante exigencia física. Estuvo a contramano de las acciones, casi que no completó pases ofensivos y terminó reemplazado en quince minutos del complemento sin tiros al arco ni demasiada oposición a la modificación. Hizo sus goles y justificó las oportunidades que tuvo, pero al igual que Andrés Chávez termina dejando la sensación de saldo negativo en el contexto de un equipo que logró importantes individualidades a lo largo del semestre.
Juan Fernando Garro: Jugó media hora parándose como centrodelantero, allí donde hizo exactamente lo mismo que Mendoza pivoteando balones altos y exigiendo físicamente a los rivales. Le agregó la posibilidad de desnivelar por ambas puntas, aunque casi no le sacó jugo a este aspecto de su juego. Como Gamba llegó figura, pero no logró consolidarse jugando menos partidos que el también mendocino. Ojalá 2019 lo encuentre más decisivo.
Andrés Roa: Volvió tras su lesión, quizás antes de lo esperado y un partido de alta exigencia física. Andrés se paró entre el centro y la izquierda generando chispazos de talento, destacando un cambio de frente para Auzqui y una penetración al área que no prosperó. Poco para tanto talento, pero no puede quedar afuera el contexto que debió afrontar el colombiano. Lo esperamos con todas sus luces y resto físico.
Norberto Briasco: Otra vez ingresó pocos minutos con la obligación de ayudar a cambiar el score, nuevamente no terminó de meterse en juego. De todas formas ha sido un buen cierre de año para Norberto, otra vez en consideración y con la capacidad de adaptarse al lateral. Vamos por más.
Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.