Superliga 2018/19, Fecha 13 – San Lorenzo 0 vs. Huracán 0 – Huracán arrancó el año igualando sin goles en el Bajo Flores, jugó casi sesenta minutos en superioridad numérica pero no terminó de encontrar el empuje necesario para imponerse en el partido. El Globo transitó el postergado clásico con cierta incomodidad pese a tener opciones muy claras para romper el cero, también pudo recibir alguna diana y terminó con notable merma física. La presentación de Antonio Mohamed nos dejó sedientos de más, aunque todavía haya mucho camino por recorrer.
A pedido de los nacidos en Almagro, Huracán arrancó el 2019 disputando el clásico postergado de la Fecha 13 en esta Superliga, originalmente suspendido por motivos que no terminaron de quedar del todo claro. Tras la llegada de Antonio Mohamed a la conducción técnica y con una cortísima pretemporada saltaba el Globo al verde césped del Cenicero con la obligación de sumar para mantenerse en lo más alto de la tabla. El Turco habló de tocar lo menos posible y eso se vio reflejado en los nombres, con la novedad del retorno como titular de Andrés Roa tras su lesión; además se presentaban los refuerzos, Antony Silva en el arco y Lucas Barrios en el centro del ataque.
En los minutos iniciales sí se vieron algunas modificaciones en lo táctico, Carlos Auzqui se movió por izquierda y Roa sobre la banda contraria. Con Barrios bien de punta, volcándose levemente sobre la izquierda y Lucas Gamba flotando libre sobre ambos frentes de ataque. El equipo salió decidido a apretar alto e incluso los centrales aparecían merodeando el círculo central, el rival manejaba la pelota pero su toqueteo se daba con naturalidad solamente en su última línea.
Huracán no imponía condiciones con el balón pero parecía tener, a su manera, la cosa controlada. Sin embargo un bochazo largo ubicó a Nicolás Blandi en plena área chica, el delantero cabeceó con mucha potencia (inhabilitado) pero Antony Silva presentó credenciales con una tremenda atajada a puro reflejos, enviando a córner un balón que tenía destino de gol. Enseguida otra desatención en la última línea pudo costarnos todo, el centro desviado cayó al solitario Blandi, pero el delantero esta vez conectó mal sirviéndole la redonda a Silva.
Pasó la ráfaga, Huracán seguía sin la pelota pero empezó a encontrar pequeñas conexiones. Rossi fue, lentamente, ubicándose mejor y el equipo fue ganando terreno aún con sus volantes externos lejos de incidir directamente en las acciones ofensivas. Pero un balón quieto pudo darnos la ventaja, Andrés Roa atinó el centro desde la derecha, Mancinelli peinó al poste opuesto, y Lucas Barrios apareció sin ningún tipo de marca para meter un imperfecto derechazo que Monetti salvó con lo justo. Clarísima opción para el Globo, inmejorable, excelente Barrios en la ubicación pero deficiente para conectar con todo el arco a su disposición.
Enseguida el propio Barrios cortinó el balón largo que ubicó a Lucas Gamba, el extremo se acomodó en el vértice derecho del área y definió con potencia sobre el travesaño. Otra clara para el Globo, que se iría al descanso en superioridad numérica por una clara plancha de Coloccini sobre Damonte; la falta es indiscutida, y el criterio de Merlos terminó juzgándola con roja.
Ya en el complemento se verían lo mejores minutos de Huracán en la tarde, con el ingreso de Walter Pérez por un Chimino amonestado, y sabiendo que Merlos no volvería a darle una sola dividida al Globo. El equipo se plantó en mitad de cancha con los centrales como primer toque, los extremos se adelantaron y la responsabilidad de cambiar el ritmo con balones filtrados cayó en un Damonte errático. El dominio Quemero no fue largo pero sí encontró una situación muy clara, Roa sacó el centro desde lejos y Lucas Barrios conectó en puertas del área el cabezazo que Monetti salvó con tremenda volada. Pudo ser esa.
Huracán estaba ahí, pero pasado el cuarto de hora el rival propuso modificaciones que cambiaron el desarrollo del juego. El equipo se vio forzado a retroceder, sin embargo en su intento de no perder las formas ofensivas terminó quedando largo y cediendo notables espacios que los del Bajo no aprovecharon de casualidad, solo por el mano a mano que erró Blandi.
La salida de Lucas Barrios terminó de quitarle al Globo su presencia en campo rival, Andrés Chávez ingresó sin fineza para el pivoteo y tras un cabezazo a manos de Monetti pareció también perder su mejor forma física, insólito por los pocos minutos que llevaba en cancha. Entones el dominio pasó a manos rival, y así se quedó hasta el final; Huracán no sufrió grandes situaciones en contra pero sí dejó una pálida imagen, no supo aprovechar el hombre de más e incluso pareció que los de Almagro se potenciaron ante esta situación.
El ingreso de Patricio Toranzo por Israel Damonte no cambió la ecuación, aunque sí mostró el primer gran sello de Antonio Mohamed en su nueva etapa en el club. De haberlo realizado durante los primeros minutos del complemento pudo haber tenido otra incidencia, los veinte minutos del Pato no alcanzaron para que el equipo gane volumen en ataque.
Dicho todo esto la última gran situación de gol fue para Huracán, un centro desde la izquierda a cargo de Walter Pérez que Lucas Gamba casi mete de arremetida con cabezazo al primer poste. Solo quedó tiempo para el gol anulado a Andrés Chávez, luego que Monetti le ahogara el grito a Auzqui, y aquí se abre un paño de especulaciones: Si quien cabeceó hacia atrás fue Peruzzi, la diana no pudo ser anulada por fuera de juego, ahora si es invalidado por infracción de Auzqui, la decisión es al menos discutible. Sí está claro que el juez Andrés Barbieri estuvo muy firme en la decisión, a diferencia del fuera de juego que justo no pudo identificar durante el cabezazo de Blandi en el primer tiempo.
Fue final y empate. Sabor a derrota por no haber podido aprovechar la superioridad numérica, ni tampoco mandar a guardar las pocas situaciones claras logradas. Pero fue empate, cuarto de forma consecutiva, para estirar a siete la racha de partidos sin conocer la derrota. Huracán completó las quince jornadas de Superliga manteniéndose en la cuarta ubicación, dos por encima del corte para la Libertadores 2020 y nueve debajo del líder Racing, a quien visitaremos en dos semanas.
A no desesperarse, también está prohibido dormirse en los laureles. Cuesta entender que este partido fue casi de pretemporada, pero con la fuerte tensión de tratarse de un clásico y sin la posibilidad de contar con el apoyo del público. Vamos Globo todavía, a ganarle a Central.
Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.