Superliga 2018/19, Fecha 19 – Talleres 0 vs. Huracán 0 – Huracán pareció jugar a no romper el cero en Córdoba, y así terminó siendo. Tomó exagerados recaudos ante un Talleres plagado de suplentes y dejó pasar la oportunidad de sacar diferencias en una fecha con varios resultados favorables. El peor partido desde el regreso de Mohamed reabrió interrogantes, el equipo resignó protagonismo cuando el contexto exigía otra cosa y aunque sigue quinto el ingreso a la Libertadores 2020 quedó absolutamente apretado.
En un contexto aparentemente favorable saltó Huracán al verde césped del Estadio Mario Alberto Kempes de la Docta. Enfrentándose a un Talleres de Córdoba completamente alternativo, con la mira puesta en su compromiso copero, y conociendo algunos otros resultados favorables en la lucha por clasificar a la Libertadores 2020. La formación inicial llamó la atención, con Alderete reemplazando a Araujo y Walter Pérez haciendo la banda izquierda; la sorpresa no pasaba por la salida de Pipi sino más bien por la decisión de armar un fondo numeroso.
Y el arranque de cotejo confirmó la firme intención que tuvo Huracán de esperar al rival, con Pérez y Chimino estancados en los laterales y tanto Rossi como Damonte bien cerca de los tres centrales, siendo el ex Nacional quien más libertades tenía para romper líneas hacia adelante. Carlos Auzqui, titular tras la suspensión, no encontraba la pelota y los Lucas se percibían perdidos en ofensiva, totalmente absorbidos por la defensa rival.
Talleres tenía control absoluto del juego, buscando que sus atacantes se filtren en velocidad y recuperando rápidamente la pelota cuando Huracán intentaba, sin éxito, hilvanar pases. En este contexto el golero Quemero fue importante en las dos mejores opciones que armó el Matador, ambas de arremetida, Antony Silva desactivó los remates de Fernando Bersano y Gonzalo Maroni; el ataque del Globo estaba librado al azar, de todas formas y en medio de la incertidumbre Damonte sacó un centro que Carlos Auzqui cabeceó apenas encima del ángulo superior derecho de Mauricio Caranta.
En algún lugar del corazón imaginábamos que en cualquier momento Huracán cambiaría de pose y adelantaría líneas, sin embargo esto no pasó hasta el pitazo que indicó la finalización del primer tiempo.
Ya en el complemento se vio la versión menos mala de Huracán en la tarde, duró poco menos de veinte minutos y estuvo lejos del vértigo que el equipo supo mostrar, también en breves lapsos, los últimos cotejos. El Globo estaba apenas más adelantado, Chimino era más volante que lateral y Auzqui encontraba huecos por el centro para asociarse. También se sufrió, otra vez Silva fue practico para despejar un tiro largo, pero fue durante esta porción de match cuando el equipo se topó con la acción de gol más clara de la tarde; Cristian Chimino jugó el centro desde la banda derecha que ubicó a Walter Pérez en el hierro opuesto, el pibe ganó de arremetida impactando el cabezazo que Mauricio Caranta sacó a puro reflejo. Pudo ser esa.
Luego la cosa volvió a la normalidad, Mohamed movió el banco pero todo fue pieza por pieza; no hubo elasticidad ni cambio de posiciones, poca dinámica y cero sorpresa. Curioso, demasiado curioso.
Garro no hizo la diferencia en lugar de un Gamba lejos de sus luces, más allá de tener un mano a mano que terminó ganando el uno rival. Barrios fue fastidió y un mal control en el punto penal, nada hizo Chávez para cambiar la ecuación en ese sector de la cancha. Araujo por el lesionado Pérez confirmó la ortodoxia con la que se movió el Turco, que en definitiva nunca terminó de activar la ofensiva del equipo.
Fue final y cero a cero, pésimo partido y resultado al que el tiempo le terminará de adjudicar valor. No se perdió en una cancha siempre difícil, seguimos quintos pero perdimos la oportunidad de sacar diferencias a otros pretendientes, y esto último termina inclinando la balanza en la reflexión final.
Ojalá este partido pudiera quedar como una anécdota olvidable, pero es importante volver sobre él para saber lo que no debe hacer un equipo con aspiraciones serias de pelear en lo más alto. El fixture trae en el horizonte rivales presuntamente más accesibles, al menos que cuentan con igual o menor presupuesto que el Globo.
La lucha por mantenerse en el ruedo internacional será fecha tras fecha, pero ojalá que no volvamos a ver este nivel de apatía ofensiva en el Globo. Ojalá nos hagamos cargo de nuestras urgencias y sigamos peleando arriba. El resultado no va a venir solo, hay que ir a buscarlo.
Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.