Copa Libertadores 2019, Fecha 1 – Huracán 0 vs. Cruzeiro 1 – A pesar de no merecer la derrota, y en un campo de juego imposible por la incesante lluvia, Huracán cayó por 1-0 contra Cruzeiro. Los brasileños golpearon rápido y se defendieron ante un Globo que sigue sin poder encontrar el rumbo desde la llegada de Antonio Mohamed.
Luego de la derrota contra Patronato por el torneo, en el que utilizo un equipo alternativo, Antonio Mohamed volvió a las bases desde los nombres y lo táctico para enfrentar al Cruzeiro de Brasil: el esquema nuevamente fue un 4-4-2 y hubo siete modifaciones. Christian Chimino ingresó en lugar de Carlos Araujo, Federico Mancinelli reemplazó a Walter Pérez, Carlos Auzqui por Javier Mendoza, Israel Damonte en lugar de Patricio Toranzo, Ivan Rossi hizo las veces por Juan Sills, Lucas Gamba tomó el lugar de Norberto Briasco y, por último, Lucas Barrios por Andrés Chávez. De esta manera la alineación quedó con Antony Silva en el arco, una línea de cuatro defensores con Chimino y Omar Alderete por los costados y Saúl Salcedo junto al capitán Mancinelli como dupla central. En el mediocampo, Andrés Roa y Auzqui por los costados, y por el centro Damonte y Rossi. Como delanteros se ubicaron Gamba y Barrios.
Fue un partido complicado ya que la lluvia fue un atenuante muy grande a la hora de jugar para ambos equipos. El traslado de balón se hacía muy complicado y el hecho de hilvanar jugadas colectivas mucho más. Era cuestión de tirar pelotazos para los delanteros y que se arreglen. Hubo un gran despliegue físico por parte de Gamba y Auzqui, por ejemplo, en el lado de Huracán pero que siempre se veía desmejorado a la hora de finiquitar la jugada, en su mayoría los centros no se encontraban con jugadores compañeros. Cruzeiro, por su parte, intentó jugar un poco más, pero el globo estaba presionando muy bien, e incluso le dificultaba la tarea al delantero más peligroso, el veterano Fred, que abusó mucho de las faltas por la ferviente marca ejercida por los defensores del equipo de Mohamed. Pero como pasó en Paraná hubo un momento de distracción que el rival no dejó pasar y 0-1 abajo: Damonte perdió la marca de Rodriguinho, erró el cabezazo que intentó hacer para rechazar la pelota, y no pudo bloquear el tiro del volante brasileño. Tres errores consecutivos en una misma jugada que culminó en el tanto de los dirigidos por Luiz Menezes. Y, como suele ocurrir en el último tiempo, al Globo se le hace muy dificultoso remontar resultados.
Para el complemento Antonio soltó un poco más a Roa de su función de carrilero, y lo paró más de enganche cuando el equipo atacaba. El colombiano no tuvo precisamente su partido más reluciente y fue ese el motivo por el cual el entrenador lo cambió por Chávez a los 20 minutos del segundo tiempo. El ex jugador de Boca y Banfield quedó ubicado como centrodelantero junto a Barrios, y Gamba pasó a ocupar el sector izquierdo del mediocampo. Cruzeiro estaba decididamente parado atrás y dispuesto a aprovechar alguna contra para finiquitar el partido. La idea de llenar el área de centros con los dos grandotes no fue fructífera ya que o los centros no llegaban a buen puerto o los centrales brasileños se encargaban de despejarlos. El “Turco” quisó quemar las naves con dos modificaciones que poco pudieron modificar el andar del partido: Mendoza reemplazó por lesión a Auzqui y Toranzo hizo lo mismo por Damonte. En ambos casos fue cambios de jugador meramente, no hubo ninguna modificación desde lo táctico.
La derrota fue inmerecida, de eso no hay dudas. Hubo situaciones como para empatar el partido, pero cuando uno está en mala racha es probable que estas cosas pasen. Se necesita, como se dijo desde esta columna post partido con Patronato, de un triunfo que sirva para levantar la parte anímica de este plantel que claramente está por el suelo. El domingo frente a San Martín de Tucumán es la oportunidad que tienen estos jugadores de empezar a redimirse de los últimos pasos en falso.
Periodista Deportivo. Profesor de Educación Física