Superliga 2018/19, Fecha 22 – Huracán 1 vs. San Martín (T) 3 – Huracán perdió ante San Martín de Tucumán su cuarto partido consecutivo, tercero al hilo en el Palacio Ducó. Pese al fiasco de Paraná Mohamed subió la apuesta con la rotación y el equipo sufrió el lapidario 3-1 ante un rival que difícilmente evite el descenso. Andrés Chávez transformó un pelotazo en el descuento parcial, efímera ilusión en un partido que expuso a muchos. Lo hasta enero construido está roto, y si hay forma de arreglarlo no será bajo esta conducción técnica.
Que le van a hablar al Pueblo Quemero de lealtad, si los malos resultados jamás impidieron el apoyo. La tarde/noche del domingo no fue la excepción, mucho público asistió al Palacio para recibir afectuosamente a los protagonistas de este Huracán caído, con pocas respuestas futbolísticas más allá del esfuerzo manifestado en la derrota con Cruzeiro.
Antonio Mohamed le apostó todo a la rotación, pese a la decepcionante derrota en Paraná y la caída de los titulares, descansados, entre semana. Solo Saúl Salcedo del último once, Araujo, Toranzo, Pérez y Chávez de los habituales y las presentaciones en la temporada de Fernando Pellegrino y Lucas Merolla. Enfrente San Martín de Tucumán, buscando la milagrosa permanencia con la reciente contratación de Caruso Lombardi, acarreando siete cotejos sin ganar y no habiendo vencido una sola vez fuera de su provincia (Como visitante solo le ganó a Atlético) en lo que va de temporada.
El partido debía ser de Huracán y así pareció en el inicio, el equipo intentó ser prolijo con Juan Sills entre los centrales buscando tocar hasta encontrar el momento justo de tirarle pelotazos largos al doble nueve formado por Chávez y Nicolás Cordero, quienes se alternaban las bandas. Pero el primer intento ofensivo del Globo por el sector derecho quemó todos los papeles, Juan Fernando Garro pegó el pique que lo terminó sacando del partido por lesión antes del minuto diez; su reemplazado fue Daniel Hernández.
La cuestión es que el colombiano se paró delante del doble cinco formado por Sills y Patricio Toranzo, la derecha del ataque quedó automáticamente anulado y justamente Carlos Araujo fue quien espero en posición de wing el pelotazo que cuatro minutos después no llegaría destino. Toranzo la perdió en su intento de cesión y San Martín dio continuidad por el hueco que dejó Araujo al intentar cubrir el hueco ofensivo; Gonzalo Rodríguez ingresó sin oposición por vértice izquierdo del área y jugó el centro atrás que Matías García mandó a guardar con zurdazo cruzado tras burlar a Sills.
Perdía Huracán y la cosa se empezaba a poner espesa, principalmente por el poco volumen de juego que encontraba el equipo aun teniendo a Toranzo, Hernández y lo que pudiera hacer Mendoza al a carrera por izquierda; Chávez y Cordero se repartían el laburo que suele asignársele a Gamba y las diferencias se notaban. Pero pasando los veinte minutos el partido nos daría la gran oportunidad de volver a empezar, Patricio Toranzo jugó desde atrás del círculo central el pelotazo largo al centro del ataque; allí Andrés Chávez durmió en velocidad a Rodrigo Moreira tras el bote del balón y ante las dudas de Jorge Carranza colocó muy bien el zurdazo a gol. Vuelta al gol del Comandante para encender alguna luz de esperanza.
Pero la ilusión del empate no floreció, el equipo se mantuvo chato de ideas y lejos del gol. Incluso fue San Martín quien dejó la sensación de moverse más cerca del arco rival, con algunos centros que desnudaron la prolongada inactividad de Pellegrino.
El complemento solo necesitó pocos minutos para dejar en claro que se vendría otra decepción grande. Iván Rossi reemplazó a Javier Mendoza, Huracán sacrificó la banda ofensiva que le quedaba para tapar agujeros en el medio. Aquí algún experto en preparación física podrá explicar cuanto más hubiese perdido el futbolista de haber jugado el partido entero y no la mitad; para colmo Iván recibió la bendición del maldito Merlos con una amarilla por hablar de más.
San Martín tuvo el gol antes del minuto con un mal cierre de Rossi que regaló el balón a Luciano Pons, el delantero definió al bulto y Pellegrino despejó con los puños. Enseguida otra comprometedora salida de Toranzo benefició la picardía de Oliver Benítez, quien jugó rápido un claro lateral para Huracán ante el desconcierto de un Merlos que terminó dando continuidad; la pelota cruzó hasta la derecha y de allí volvió al área, Pons pifió su intento de control y el pique benefició a García. Allí el Pipi Araujo tocó la pelota con el brazo pegado al cuerpo y Merlos no dudó en sancionar penal, tanto como no dudó su asistente en entender que Pons no participó antes que la acción continuara en el inhabilitado García.
Nicolás Giménez la cruzó con mucha potencia ante un Pellegrino que quedó dando saltitos en el centro del arco. Ganaba San Martín de Tucumán, y se rompía la burbuja.
No iban ni cinco minutos y ya todo era un padecimiento. El desesperado ingreso de Gamba por un Saúl Salcedo tocado en lo físico sumó complicaciones tácticas, Sills fue a la zaga centra. Algún intento de Lucas por las bandas despertó la atención del más optimista, sobre todo después del centro que Nicolás Cordero cabeceó por sobre el travesaño.
La ofensiva Quemera era muy pobre, Hernández lo intentaba mucho pero concretaba poco y tanto Chávez como Cordero jugaban en la incomodidad de recibir balones altos y de espaldas Del otro lado San Martín hacia goles, dos que afortunadamente fueron anulados por off-side. Lo que no se sancionó fue la clara mano de Julián Vitale ante el fallido despeje de Sills, quien recibió un balón muy comprometido por parte de Merolla; el delantero entró como bailando al área del Globo y tocó al costadito para que Pons defina al arco vacío. Lapidario 1-3.
Tres errores marcados, tres goles del rival, al igual que con Unión. Los veinte minutos restantes mostraron lo que creímos haber dejado atrás: frustración dentro y fuera de la cancha, futbolistas con el semblante en el subsuelo y pequeños focos de discusión en cada sector del Palacio; socios peleando por quien daña más al Globo, mientras este se hacía añicos sobre el verde césped.
La derrota final se alinea a esta prolongación de actuaciones sin brújula, iniciando el partido con Vélez y empeorando con las semanas hasta dejarnos con cuatro caídas en fila. Curiosamente la última vez que el Globo había perdido cuatro partidos de forma consecutiva en una temporada fue en septiembre del 2013 bajo la conducción de Antonio Mohamed.
La clasificación a la Libertadores 2020 quedó virtualmente descartada y la posibilidad de ingresar a la Sudamericana se disputará en cada una de las tres fechas restantes.
El próximo jueves ante Emelec el equipo se jugará mucho, ningún resultado será decisivo pero sí marcará una tendencia. Huracán está roto y el arreglo no será este planteo insulso, cambiante y poco efectivo, al equipo le cuesta mucho mantener un semblante y también mostrarse ofensivo.
Mohamed no estuvo a la altura del desafío, y aunque todavía hay mucho en juego está clarísimo que si el entrenador no plantea los partidos de un modo diferente será imposible que las piezas se acomoden solas. Los jugadores están en su gran mayoría por debajo de lo hasta aquí mostrado, sin embargo tienen el plus de haber sido ellos quienes mantuvieron un alto ritmo de competencia que juntó muchos puntos; porotos que hasta hace poco eran motivo de ilusión, y hoy son grandes tubos de oxígeno.
Si el entrenador no muestra otra cosa desde la conducción, será imposible que la cosa cambie.
Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.