Copa Superliga, Fase 1 (Vuelta); Huracán 0 vs. San Lorenzo 0 – Huracán no estuvo a la altura de la ilusión de su gente, fue el mejor de los 180 minutos pero aun así no le alcanzó para quedarse con la serie clásica. El rival se llevó lo que vino a buscar, un cero a cero que le diera la oportunidad desde los doce pasos. El Globo necesitó realmente poco más para convertir pero el penal que Lucas Barrios falló con displicencia a tres minutos del cierre nos bañó con una sensación de derrota de la que no pudimos recuperarnos. Por suerte al semestre le queda cada vez menos.
Con muchísimo público en los cuatro sectores habilitados saltó Huracán al verde césped del Palacio Tomás Adolfo Ducó. La ilusión no coincidía con el pésimo semestre realizado bajo la conducción de Antonio Mohamed, sin embargo la igualdad en el Bajo Flores había dado algunos motivos válidos para cambiar de página y esperar tener una buena alegría ante el rival de siempre. El Globo necesitaba ganar para avanzar en la Copa de la Superliga, de todas formas el entrenador no realizaba grandes modificaciones en relación a la última formación; Carlos Araujo ingresaba por el suspendido Merolla mientras que Carlos Auzqui lo hacía en lugar de Toranzo. ¿Rossi y Damonte? En el banco, viendo el doble cinco formado por Sills y Walter Pérez.
Huracán quemó naves desde el arranque, con Chávez y Roa clavados en la medialuna del área rival y mucha velocidad para lastimar por los costados, fundamentalmente con las penetraciones de un Auzqui que inició por la banda izquierda. Pero lamentablemente el Globo no logró imprimir su esfuerzo en situaciones nítidas, más allá de los no menos de cuatro buenos centros al corazón del área que no ubicaron a ningún jugador en posición limpia. Andrés Chávez empezó a recostarse sobre la izquierda para tener participación y esto le quitó peso a la ofensiva, Huracán ganó el salto en casi todos los balones quietos que tuvo a su disposición, pero tampoco encontró la precisión necesaria.
Pasando los veinte minutos el equipo sintió, exageradamente pronto, el desgaste. La presión ofensiva se volvió estéril y el rival controló la pelota a su gusto. Los del Bajo Flores llevaron la tensión del juego a su favor con muchas libertades en mitad de cancha, Huracán tardó en acomodar su última línea pero la visita apenas logró un par de tiros desde afuera del área que no atinaron a los tres postes defendidos por Fernando Pellegrino.
La opción más clara de la primera mitad fue para Huracán, una enorme maniobra de Andrés Felipe Roa en el círculo central terminó dejando al colombiano en carrera por el carril central del ataque, soltando la redonda para el ingreso al área por izquierda de Andrés Chávez; el Comandante limpió en velocidad a Coloccini pero llegó exigido a la definición y su zurdazo, que venció el salto de Monetti, terminó desviado por muy poco al primer poste.
Ya en el complemento la cosa arrancó de ida y vuelta, sin embargo con el correr de los minutos los de Almagro fueron tirándose contra su propio arco sin ningún tipo de disimulo. Las exursiones ofensivas del Globo eran demasiado esporádicas y por eso en veinte minutos Mohamed dispuso los ingresos de Lucas Gamba y Lucas Barrios, reemplazando al fundido Chávez y un Norberto Briasco demasiado pendiente de la marca; el Beto había protagonizado una muy buena maniobra personal tras bochazo largo, le ganó la posición a Salazar pero terminó arrojándose en plena área visitante, cuando tenía el tiro claro.
La sola presencia de Gamba hizo aparecer otros espacios ofensivos, Lucas rompió en velocidad por ambos vértices pero como ocurrió durante todo el semestre le costó encontrar resoluciones claras. De todas formas un pivoteo de Barrios encontró una buena defensa de la posición del mendocino en el área rival, Gamba bancó a Coloccini y sacó un tímido derechazo que Monetti desactivó.
Auzqui terminó dejando la cancha sentido en lo físico y Mohamed reconfiguró la línea media metiendo a Rossi, las dos o tres primeras intervenciones de Iván confirmaron absolutamente todas las teorías de tablón: Dejarlo afuera, pudiendo ponerlo, resultó una decisión imposible de entender.
Y Huracán fue con lo que le quedó, con la posibilidad de los penales en el horizonte y el rival desnudando todas sus intenciones con el ingreso de Gonzalo Rodríguez (Defensor central) por Martínez (Mediocampista). Cuando faltaban menos de cinco minutos para el cierre Barrios bancó la pelota larga de Álvarez, Sills la tomó en posición de diez y filtró un buen pase para que Lucas Gamba supere la línea de Coloccini para ser derribado por el defensor; Néstor Pitana no dudó en sancionar penal por agarrón al mendocino.
Lucas Barrios tomó la pelota desde el primer momento y cobró la factura con un derechazo levemente cruzado, sin demasiada potencia y a media altura; Fernando Monetti se volcó sobre su derecha mandando el tiro al córner. Hay mérito en el golero pero también falencia del ejecutante, ya que el disparo no tuvo grandes dificultades y fue a un sector que el meta pudo cubrir con solo un paso.
Lo que más jode es la displicencia de la ejecución, esa carrera corta que nada tuvo que ver con el nerviosismo de la instancia. “Si entraba era un golazo”, pero no entró, y lejos de eso la opción perdida fue un verdadero baldazo de agua helada. En ese momento se perdió la serie, al menos en lo espiritual.
Con el ánimo por el piso debió afrontar Huracán la serie por penales, del otro lado pura confianza con un golero vestido de héroe. Lucas Gamba, quien anotó todos los penales que ejecutó con nuestra camiseta, le hizo honor a la estadística cruzando el derechazo a gol. Reniero anotó para el local y para sorpresa de varios fue Lucas Barrios el segundo en ejecutar, el delantero no tuvo el coraje de volver a repetir su carrera corta y buscó un potente sablazo que besó el travesaño y se fue afuera.
Era difícil tomar la decisión de no darle la pelota a Barrios en el penal del tiempo regular, ya que aún con más errores que aciertos desde su llegada al Globo Lucas es el futbolista más experimentado en instancias decisivas que tiene el plantel Quemero. Pero devolverle la confianza minutos después de perder una opción que impactó decididamente en el ánimo de todos es un error imposible de pasar, 100% responsabilidad de Mohamed, conductor técnico del equipo.
Pero ojo, la ejecución sí fue responsabilidad de Barrios. Primero nos dejó en claro que tal vez no tomó la mejor decisión sobrando la primera ejecución, ya que no repitió la misma carrera, luego errando, aún con el azar del poste en contra. Lamentablemente por lo que fue, ya no tiene nada por hacer en Huracán.
Rodríguez puso el 1-2 y Pablo Álvarez el 2-2. Loaiza recuperó la ventaja Bajoflorence, aún con una buena volada de Pellegrino, y Andrés Roa repitió un tímido derechazo apenas cruzado que encontró otra respuesta de Monetti.
Nahuel Barrios tuvo la definición para el rival pero Fernando Pellegrino estiró el suspenso adivinando el poste y atajando. Alderete fusiló para el 3-4 y Rentería terminó dándole la victoria al visitante, ajustado entre la acertada volada de Pellegrino y su poste derecho.
Perdió Huracán sin perder ninguno de los dos partidos, y siendo claramente el mejor de los dos. Pero con merecimientos no hacemos nada y esta derrota pega muy duro en el ánimo de cara a la definición de la Copa Libertadores.
¿Qué le hace una mancha al tigre? Si hablamos del pésimo rendimiento general de Antonio Mohamed como entrenador del Globo, profundizado en los últimos dos ciclos, esta mancha no hace realmente ninguna diferencia. Al contrario, es la continuidad más triste.
¿Hasta cuándo estamos dispuestos a tolerar este constante desencanto? ¿De verdad lo quieren después de junio? Hagamos lo que podamos en la Copa, paso previo a finalizar el peor semestre de los últimos años.
Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.