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Superliga 2019/20; Fecha 6 – Huracán 0 vs. River 4 – Tremenda derrota de Huracán ante River, que lo dominó, lo paseó por toda la cancha, le metió cuatro, le podría haber metido ocho, y se quedó con los tres puntos casi sin transpirar. El equipo de Vojvoda volvió a ser una confusión en todas las líneas, sin conexiones, sin una idea clara y sin posibilidades en ningún tramo del juego. Panorama muy oscuro para el Globo, porque las variantes no hacen efecto, casi todos ya tuvieron su oportunidad y quedan cada vez menos balas por tirar.


LO BUENO

Amor propio: de los jugadores de Huracán, sólo dos pueden rescatarse en este partido. El primero, el arquero Silva, que una vez más salvó al equipo de una catástrofe aún mayor. En el primer tiempo sacó muchas pelotas de gol, incluso cuando todavía el partido podía empatarse, y en el segundo tapó muchas veces lo que hubiese sido el quinto y sexto gol de River. El otro, por amor propio y porque defiende, mete, sale jugando y llega hasta el área rival, es Salcedo. El paraguayo no se rinde nunca, aún sabiendo que el partido está terminado, y siempre arranca aplausos de los hinchas.

Catarsis quemera: el hincha de Huracán supo que el partido estaba terminado en el entretiempo, y a pesar de eso se dedicó toda la segunda etapa a alentar al club. La bronca se canalizó con amor por los colores y recordando al clásico rival, sin insultar a los jugadores ni al técnico, sabiendo que pase lo que pase, los que siempre estaremos en el mismo lugar somos los hinchas. Los demás, jugadores, técnicos y dirigentes, lamentablemente están de paso.

Por fin: después de mucho tiempo en mal estado, la Torre Miravé se pudo ver hermosa casi en su totalidad. Con la parte de las cabinas y las columnas bien pintadas e iluminadas, hasta sirvió para que se ubique una cámara de televisión en su interior. Ojalá dure mucho tiempo en ese estado y se pueda seguir recuperando, para darle uso a un emblema de la institución que venía siendo abandonado desde hace muchos años.

 

LO MALO

Una más…: catorce minutos duró en cancha Andrés Chávez, que nuevamente vuelve a lesionarse con la camiseta del Globo. Apenas entró en juego un par de oportunidades y después de recibir una falta de Montiel empezó a mostrar signos de dolor y a pedir el cambio. Para colmo, no sólo es una posición en la que increíblemente Huracán no se reforzó, sino que además desde que empezó el campeonato ya se desprendió de Lucas Gamba y Diego Mendoza y podría deshacerse de Lucas Barrios.

Retroceso: cuando Huracán pasa a jugar en campo rival, las pocas veces que lo hace, le cuesta una enormidad retroceder para defender. River llegó siempre al área de Silva con tres o cuatro toques rápidos, sin esforzarse demasiado y aprovechando las espaldas de los volantes y defensores quemeros, que dejaron huecos por toda la cancha. Como si nada se hubiese entrenado en estas dos semanas, a los 23 minutos del primer tiempo el Millonario casi marca un gol de contraataque a partir de un córner para Huracán, como lo hizo Newell’s en el partido anterior.

Ibáñez: el juvenil del Globo tuvo una noche para el olvido. Después de unos minutos en la Copa Argentina, le tocó pelear de entrada contra la velocidad de Suárez y Montiel, más los creadores de River que se movían por donde querían. Siempre quedó mal parado, muchas veces salió apurado y desordenó la defensa, y no pudo hacer nada en el primer, tercer y cuarto gol, en los que tuvo participación directa (o no participó, pero debía hacerlo).

No hay circuitos: a Huracán le costó muchísimo dar cuatro pases seguidos. Faravelli volvió a ser un fantasma, sin demostrar nada bueno como en todos los partidos que lleva con la camiseta de Huracán. Arzura jugó condicionado desde los tres minutos por una amonestación tonta y quedó expuesto muchas veces. Gómez intentó mucho, pero se equivocó casi siempre. Garro no fue ni delantero ni defensor, no colaboró nunca con Ibañez y tampoco pudo llegar al área rival con peligro. Briasco y Coniglio pelearon la pelota cuando pudieron, pero nunca nadie los acompañó. Para colmo, todos estuvieron imprecisos y fuera de conexión con sus compañeros, lo que hizo imposible generar alguna ilusión durante el partido.

Viejas épocas: se vio en la platea Alcorta algo que no se veía hace mucho tiempo. La gente de seguridad tuvo que acercarse al palco de la Comisión Directiva en el segundo tiempo porque algunos hinchas empezaron a recriminarle al presidente por la situación actual del club. Cosas que parecían olvidadas y que no se veían desde la presidencia del innombrable, volvieron a ser parte de la noche del Ducó, por suerte, sin mayores consecuencias.

Así no sirve: Bogado y Calello ingresaron en el segundo tiempo para tratar de darle otro ritmo y aire al equipo, pero nunca lo lograron. Se dedicaron más a querer “atender” a algún rival que a intentar jugar y acercarse al área rival. Ambos zafaron de la amarilla porque Lamolina entendió que el partido estaba terminado hacía rato y lo supo manejar hasta el final, pero sería bueno que la próxima vez ingresen para intentar hacer algo positivo y no a perder el tiempo.

Lamolina: aunque no se puede decir que haya incidido en el resultado (humildemente creo que con un jugador menos River también nos ganaba), el árbitro se equivocó feo al no amonestar a Montiel a los dos minutos, cuando le entró fuerte a Chávez cortando un ataque peligroso para Huracán. Quince minutos más tarde sí lo amonestó, por otra falta sobre Coniglio, y hubiese significado la segunda amarilla para el defensor de River.

 

LO FEO

¿Qué más hay?: da la sensación de que Vojvoda ya probó todo lo que tiene a mano para revertir esta situación. Probó con Araujo y con Bettini. Probó con Merolla y Bareiro. Probó con Pérez y con Ibañez. En el medio probó con Faravelli, con Bogado, con Calello, con Arzura y ninguno rindió. Por arriba ya pasaron casi todos, Chávez, Briasco, Coniglio, Garro, Barrios, y salvo dos goles del jugador que volvió de España, ninguno pudo marcar. Mendoza, Ojeda y Vieyra también tuvieron minutos y no convencieron. Se jugó con un 4-3-3, con un 4-5-1 y con un 4-4-2, y nada funcionó. No sabremos si seguirá en el banco o no, pero Vojvoda probó todo lo que tiene.

Lo que falta: Defensa y Justicia, Atlético Tucumán, Estudiantes, San Lorenzo, Vélez, Lanús, Racing… el panorama que se le viene a Huracán es muy complicado, y no nos olvidemos que a partir de febrero arranca la Copa Sudamericana. Quien siga o esté al mando del plantel deberá hacer magia para poder sacar buenos resultados y además deberá obligar a Nadur a reforzar al equipo con jugadores de verdad, y no con los que descartan otros equipos.

Por si fuera poco: además de que los resultados en la cancha son malos, afuera también se hace todo mal. A la vergonzosa situación que se vivió las primeras fechas con los empleados de UTEDYC, ahora se le sumó en la semana la polémica por el pase de Wanchope Ábila y las contradicciones del mismo presidente en cuanto a lo que iba a recibir y lo que recibió Huracán. Todo influye y el ánimo se caldea cada vez más, tanto para los jugadores como para el cuerpo técnico y la dirigencia.

 

LAS PERLITAS

El mejor: Saúl Salcedo

El peor: Lorenzo Faravelli

El dato I: es el décimo partido de Lamolina dirigiendo a Huracán. Ahora el Globo lleva tres victorias, tres empates y cuatro derrotas. El que le cobró a River fue el primer penal en contra.

El dato II: ocho goles en las últimas dos fechas recibió Huracán, cuando había recibido sólo dos en los primeros cuatro partidos. Y eso que en ambos partidos Silva fue de lo más destacable del equipo…

El dato III: con el ingreso de Ibañez, son 20 los jugadores que utilizó Vojvoda en estos primeros seis partidos del campeonato. Gómez, Silva, Bareiro y Salcedo son los únicos que jugaron todos los minutos.

Papá de Bianqui, junto a Barbi ? Licenciado en Comunicación Social. Hincha y socio de Huracán, como debe ser. Y admirador del Barça.

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