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Superliga 2019/20; Fecha 12 – Huracán 0 vs. Lanús 1 – Huracán jugó a no perder y perdió, cortando abruptamente los buenos registros del interinato de Apuzzo. El Globo apostó a defender el punto sin maquillaje, y aunque casi lo logra terminó sin nada tras un grosero error de Antony Silva a tres minutos del final. El equipo trabajo bien para neutralizar a un muy buen rival, pero le faltó ambición ofensiva y en ningún momento pisó el acelerador, aún con Barrios errando una opción increíble en la etapa inicial.


Con un Pueblo Quemero todavía exultante por la victoria clásica saltó Huracán al verde césped en la húmeda noche de Parque Patricios. Néstor Apuzzo sorprendía con el ingreso de Martín Ojeda en lugar de Gonzalo Bettini, quien debutaba como titular con nuestra camiseta tras haber jugado un puñado de minutos en el inicio del semestre. Sin Garro y con Walter Pérez afuera del banco el ex Racing aparecía como una interesante opción para ganar ofensiva en la banda derecha.

Pero esto no ocurrió, Huracán tuvo la misma postura que en Liniers aun jugando como local ante un rival de buen toque pero menos velocidad. Lanús, que buscaba la punta, llegaba como un equipo a respetar sin embargo el Globo lo hizo en exceso, con sus ofensivos siempre cerca del círculo central y sin ninguna herramienta para generar juego más allá de los aislados intentos de Gómez. Y le lesión de Bogado no ayudó, Calello lo reemplazo quitándole todavía un poco más de circulación al mediocampo 

Y más allá de las diferencias, y los gustos personales, Huracán trabajó bien para mantener el duelo parejo. La visita no pasó de un par de tiros de Sand que Silva desactivó con confianza, mientras que en ataque y a los tumbos generó cierto riesgo con tiros de Barrios y Merolla fuera de los tres postes. Pero en retrospectiva una de las dos situaciones más claras de toda la noche fue nuestra, Rodrigo Gómez recibió en vértice izquierdo del ataque y desde allí filtró la pelota para Martín Ojeda; el ex Racing tuvo su mejor participación del duelo sacando el centro desde la línea de fondo que Lucas Barrios no logró conectar a gol.

Insólita opción perdida por el delantero, con el arquero rival ya vencido, Barrios no conectó el cabezazo sino que apenas rebotó la pelota sin ninguna potencia para cederla al cuerpo de Rossi. Increíble situación perdida, un error difícil de aceptar.

Ya en el complemento la paridad se mantuvo, incluso Huracán empezó a manejar con más claridad la tensión del juego. El Globo, sin claridad, tuvo algunos avances con empuje y parecía que todo estaba servido para apretar el acelerador. Pero no, esto no ocurrió, Huracán nunca se hizo cargo de la localía ni tampoco supo leer  con ambición su momento de mayor aplomo en la noche.

Lanús no generaba riesgo, más allá de un tiro que Silva complicó solo, y se perdía en un toqueteo intrascendente. Pero Apuzzo no encontró, o no quiso encontrar, una respuesta ofensiva con lo que tenía a mano, y la prueba fue el ingreso de Gonzalo Bettini por Norberto Briasco en veinte minutos. Bettini había entrado contra San Lorenzo en posición de ocho, pero esta vez fue un claro “4 bis”, clavado en campo rival y casi sin pisar la posición de wing. Incluso fue Araujo quien llegó a fondo y tiró el centro en uno de los pocos ataques numerosos que logró el equipo en el complemento.

Entonces parecía que la alternativa era refrescar a un Lucas Barrios ya fundido, pero tampoco. Al igual que en Liniers Apuzzo decidió demorar la sustitución lógica y Fernando Coniglio ingresó a siete minutos del final.

Pero por fuera de las valoraciones personales el equipo estaba cerca de consumar el cero a cero, aunque la gente ya pedía más desde las tribunas. El Pueblo Quemero se dio cuenta que Huracán logró arriar a un rival superior, y también que tenía todo para al menos intentar clavar el puñal, pero la decisión fue no hacerlo; por costumbre, falta de herramientas o decisión.

Y un riesgo de especular es quedarse sin nada cuando tal vez no lo merecías. A tres de los noventa Auzqui lanzó un centro desde la derecha que tomó altura tras desviar en Ibáñez; la redonda llovió sin demasiada potencia en puertas del área chica, Merolla soltó la marca de De la Vega y Antony Silva salió pésimo, cuando el atacante rival ya había peinado con simpleza a gol.

Baldazo de agua helada. Es cierto que Merolla se desentiende de la marca, pero lo hace (con razón o no) para darle lugar a la volada del arquero, que fue completamente a destiempo. Una bronca gigante, aumentada por ver como Bettini ganó dos córners en los últimos segundos, simplemente parándose cerca del banderín derecho.

¿Cuál es el colmo de un equipo especulador? Que te lo ganen con un desajuste en la última. Huracán tuvo su cachetazo, a tiempo o no, que termina tirando para abajo el promedio del interinato Apuzzo: Ya no hay invicto, ya no hay cero goles recibidos, ya no hay +50% de los puntos logrados.

Pero esto, lejos de terminar acá, sigue. Y sigue con otro duelo complicadísimo, Racing en Avellaneda. Huracán debe mantener todo lo bueno que construyó en defensa y trabajar para encontrar mejores complementos en ataque, sobre todo a la hora de leer dónde pueden estar las asociaciones y saber que Barrios no está para noventa minutos, tal vez tampoco para 70, mucho menos si el juego es ponerlo a correr atrás de la pelota.

Esta derrota duele, jode, desnuda falencias. Pero la mira no puede desviarse de la necesidad de cerrar el año en la mitad superior de la tabla, así de poco ambicioso. Y para sumar puntos hay que hacer goles, y para tener chances hay que atacar.

   

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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