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Copa de la Liga – Fecha 9 | Huracán 1 vs. Barracas 2 | El seguimiento de cada jugador del Globo.


Marcos Díaz 👎: Hasta el minuto 75 del partido, Marcos Díaz venía teniendo una jornada tranquila y sin mayores sobresaltos. El equipo no jugaba bien, pero ganaba y parecía tener la situación controlada. Y de repente (así es la vida de los arqueros), la noche se volvió catastrófica en un puñado de minutos. El empate llega como consecuencia de una falla suya, que rechaza defectuosamente con los puños un centro frontal aparentemente fácil de controlar, con tan poca fortuna que de ese rechazo vino la falta que propició al tiro libre que dio forma al empate parcial. El segundo gol, también lo tuvo como protagonista directo (la mano es accidental, el armado de la barrera, no). La nota insólita de la noche: si esa contra iniciada por Marcos Díaz no terminaba en gol de Huracán, no se habría revisado la jugada, no se habría detectado esa finísima y no del todo clara mano de Marcos Díaz cuando sacó hacia un compañero para iniciar la salida rápida y, por lo tanto, no habría existido el tiro libor con el que la visita se puso en ventaja para ganar el partido. En otras palabras, gracias al gol convertido por Huracán, el Globo perdió. Más Huracán que esto, imposible.

Ismael Quilez: Si Ismael Quilez lograra lanzar centros medianamente decentes, sería en términos ofensivos el mejor marcador de punta del fútbol argentino. Empezó bien arriba, como todo el Globo que, en los primeros diez minutos, parecía iba a pasar por encima a Barracas Central. Luego se fue diluyendo (también en esto, como todo el equipo) y perdiéndose en sus propias limitaciones y la falta de variantes para solucionar el andamiaje defensivo configurado por la visita. Salió con una molestia con el partido 1 a 0 arriba.

Jonathan Galván: Partido prolijo hasta el gol de Ferreyra. Imposible no preguntarse por el trabajo defensivo en las pelotas paradas durante la semana, ya que independientemente de la buena ejecución de esta por parte del rival, del lado defensivo nadie atinó siquiera a saltar para despejar.

Pablo Javier Adorno: Con Tobio lesionado y Merolla que recién el viernes volvió a ver fútbol con sus 80 minutos jugados en la reserva del Globo, el DT se inclinó por el paraguayo para que jugara de segundo central. Como todo el andamiaje defensivo de Huracán, hasta casi el final del partido no tuvo mayores inconvenientes para controlar los aislados intentos ofensivos del equipo del equipo de Barracas. Incluso, tuvo un par de anticipos interesantes y quites oportunos. No cometió faltas groseras y no se complicó en ninguna salida. Partido aceptable de Adorno ante un rival poco exigente, absolutamente empañado por la absurda derrota.

César Ibañez: Buen partido de Ibañez en general. En defensa, mantuvo controlado a Mouche y como excepción sufrió un par de llegadas sufridas por su lado a partir de buenas elaboraciones de la visita. Ofensivamente, mejor en el segundo tiempo luego de la salida de Acevedo (quien pareció obstaculizarlo en más de una ocasión), animándose incluso a un remate desde afuera del área que se fue cerca.

Franco Cristaldo: De sus pies, ya fuera con pelota en movimiento o pelota parada, salieron las mejores jugadas del Globo. Activo para moverse y quitar, no encontró en Acevedo ni en Fattori (el primero porque pareció estar siempre a contramano, el segundo por ausente en la faz ofensiva del equipo) interlocutores válidos a la hora de construir juego. Se liberó un poco más con el ingreso de Toranzo y convirtió el único gol del Globo cabeceando sin marcas un preciso centro del Pato.

Federico Fattori: Lo suyo es indudablemente notable en el aspecto defensivo, algo para lo que no fue requerido en gran parte del partido. Seguro con la pelota, hábil para ubicarse, tranquilo para resolver, protagonizó incluso alguna salida muy desde el fondo que despertó uno de los pocos momentos en que los murmullos del estadio mutaron en espontáneos aplausos. Sin embargo, tiende a ser un jugador que queda lejos y ajeno a la progresión ofensiva cuando el partido no le demanda -por posesión o posición del equipo- su accionar en el antes mencionado rol defensivo. Por momentos es como si tuviera un chaleco explosivo que se activara si cruza la línea de mitad de cancha.

Jonás Acevedo: En algún momento, más concretamente en aquella goleada de visitante contra Banfield (recordado por el inicio del idilio de Cóccaro con las redes y el hincha y la lamentable lesión de Lucas Merolla), pareció que en Acevedo habíamos encontrado un tremendo volante de ida y vuelta con marca, llegada y gol. Desafortunadamente para él y para Huracán, esa actuación no solo jamás volvió a repetirse, sino que en cada oportunidad que tuvo en el equipo titular, la transitó de manera intrascendente. Y este partido no fue la excepción. Afuera Hezze por lesión, el acompañante de Fattori en el mediocampo elegido por Kudelka fue Acevedo, con más libertades para soltarse y acompañar. Sin embargo, no logró engranarse con Cabral y hasta obstaculizó sin proponérselo las subidas de Ibañez.

Jhonatan Candia: Mal partido de Candia, prácticamente ausente en la primera mitad y sin lograr entenderse con Cordero. Un poco más participativo con la entrada de Cóccaro, de todas maneras lo suyo era para llevarse el “pulgar abajo” hasta que la debacle del final cambió todo.

Nicolás Cordero: Desde el arranque en lugar de Cóccaro por una presunta dolencia de este último, Cordero no supo aprovechar su chance. Activo los primeros minutos, mostró interesantes movimientos diagonales hacia afuera buscan recibir y/o arrastrando marcas para crear huecos que pudieran atacar sus compañeros. Como todo el equipo, se fue diluyendo con el correr de los minutos. Finalmente, a los 10 minutos de un segundo tiempo en el que prácticamente no participó del juego, fue reemplazado por Cóccaro.

Rodrigo Cabral 👍: Inicio de partido furioso de Rodrigo en su vuelta a la titularidad, intratable en los primeros minutos del cotejo, e imparable todo el partido. Su corrida y asistencia perfecta a Cóccaro sobre el final del partido en la jugada que por un minuto daba los tres puntos al globo, eran el cierre ideal para una tarde como hace mucho no tenía Rodrigo. Según la cuenta @sudanalytics_, el chico oriundo de Corrientes de apenas 21 años fue ante Barracas el jugador con más remates al arco (4), el que mayor cantidad de faltas recibió (8), el que más duelos individuales ganó (10/15), el que más chances generó (4) y el que más gambetas efectivas completó (3/4). Si alguien merecía ganar el partido, ese fue Rodrigo Cabral.

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Matías Cóccaro: Entró por Cordero a los 10 minutos del segundo tiempo, y rápidamente le cambió la dinámica al ataque del Globo, con su ya característica habilidad para encontrar los espacios y generar peligro. Su ingreso y el del Pato Toranzo le dieron a Huracán una dinámica distinta en ataque que, sin ser deslumbrante ni avasalladora, pusieron al equipo a rondar el arco rival con peligro. Cuando sobre el final parecía que le daba al Globo el triunfo con magnífico cabezazo asistido por Cabral, el VAR intervino para invalidar la jugada desde su nacimiento mismo, provocando unos de los finales de partido más insólitos que se recuerden. A todo esto, una cosa ha quedado clara por enésima vez: en este Huracán y por lo visto en los últimos dos torneos, Cóccaro es la mejor opción, Cóccaro disminuido físicamente es la segunda mejor opción, y Cóccaro con muletas es la tercera mejor opción.

Patricio Toranzo: Ingresó por Acevedo a los 10 minutos del segundo tiempo, y de inmediato tomó los hilos del equipo, soltándose un poco más Cristaldo y generando peligro desde su precisión para jugar la pelota y su inteligencia para ubicar a los compañeros en situaciones favorables. De un córner perfectamente ejecutado por él, llegó el gol de cabeza de Cristaldo. Está claro que no está para jugar todo un partido, y que físicamente da ventajas. No obstante, su fútbol está intacto y desde su claridad conceptual, aun tiene cosas que darle a Huracán.

Guillermo Soto: Recuperado de la lesión que lo marginara a comienzos de esta Copa de la Liga apenas llegado, tuvo sus minutos faltando un cuarto de hora a expensas de Quilez, quién manifestó una dolencia tal que ameritaba el cambio. Lamentablemente, apenas ingresado cometió la falta que derivó en el gol del empate. El tiempo que estuvo en cancha no alcanza para evaluarlo. Queda por verse si lo de Quilez fue por precaución, o si la lesión que propició su reemplazo es lo suficientemente seria como marginarlo algún partido dando al jugador chileno la oportunidad de sumar minutos en cancha.

Mateo Bajamich: Entró por Fattori ya en tiempo extra en un intento desesperado por cambiar algo de la catástrofe que se avecinaba, no tuvo tiempo ni ocasión de ser incidente ni en el juego ni en el resultado.

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