Copa de la Liga – Fecha 13 | Huracán 2 vs. Rosario Central 1 | Huracán se jugará en la última fecha de la zona su clasificación a Cuartos de Final, el objetivo con el que todos nos ilusionábamos al comenzar este torneo. Al Globo se le presentó una oportunidad cuando menos se la esperaba, y el equipo tuvo el carácter necesario para tomarla.

Los seis partidos sin poder ganar, con tres derrotas, que transitó Huracán durante una etapa sensible de la competencia generó en muchos de nosotros un sentimiento irreversible: Huracán no tenía ninguna posibilidad de clasificar.

En la recta final de esta racha adversa ocurrió lo que nunca antes durante el ciclo de Kudelka, un cambio real en la disposición táctica del equipo. En el segundo tiempo con Tigre tanto Cóccaro como Candia ocuparon el centro de la ofensiva, con dos extremos abiertos, y allí se gestó lo que ocurriría días después ante Colón.

El Globo encaró ese partido con dos volantes definidos en el círculo central, Fattori y Cristaldo, la inclusión de Gauto como el espejo de Cabral por la banda opuesta y los uruguayos en el centro, uno delante del otro.

Huracán mereció más ante Tigre y Colón, tuvo las situaciones para lograrlo, pero aun lavando su imagen tras unas pésimas presentaciones frente a Central Córdoba y Barracas Central, el resultado seguía sin aparecer.

Entonces llegó Aldosivi, la parada que podía confirmar la sensación de eliminación desde las matemáticas. Pero Kudelka volvió a apostar por el 4-2-2 (O 4-2-4, o la característica que desee ponerle) y Huracán jugó uno de sus mejores partidos en mucho tiempo.

El Globo dominó a un rival que clasificaba en caso de ganar y construyó un 2-0 que resultó barato. Fattori y Cristaldo confirmaron su excelente reparto del corazón del equipo, uno como bandera del quite y otro del juego, mientras que Gauto volvió a mostrarse como una apuesta confiable, y por momentos sorprendente.

La vuelta de Merolla también incidió directamente en la mejora del equipo. Si bien Lucas tuvo desde su regreso algunos errores propios de la inactividad, demostró ser lo que todos esperábamos que sea en su retorno, un refuerzo.

La victoria en Mar del Plata fue seguida por un panorama impensado pero óptimo, la derrota de los cuatro equipos inmediatamente ubicados sobre Huracán en la tabla de posiciones.

Con el Globo cerrando la fecha la premisa era muy simple, si Huracán vencía a Rosario Central disputaría la jornada final con posibilidades concretas de meterse en los Cuartos de Final.

Así llegamos a la noche del lunes, cuando el equipo no pudo contagiarse del calor del público y encaró con cierto nerviosismo el partido. Central demoró las acciones y aprovechó un error defensivo para ponerse en ventaja.

Huracán engranó en el último cuarto de hora de la etapa inicial, con Franco Cristaldo como motor de juego y en un nivel altísimo, jugando y haciendo jugar, pero sin compañía para encontrar el último toque.

El nudo Quemero se desató en el arranque del complemento, la verticalidad de Cabral y Gauto terminó con un remate de este último que generó el rebote a posición de Candia; el uruguayo encontró claridad por primera vez en la noche sacando el remate que dio en la mano de Yacob.

Penal clarísimo, perfecta ejecución de Matías Cóccaro para su tercer gol consecutivo y séptimo en el campeonato. Solo Boselli, Tarragona y Cauteruccio anotaron más goles que el Zorro en lo que va de competencia.

La expulsión de Fattori por doble amarilla complicó todo, Huracán tardó en rearmarse pero lo terminó haciéndoñp, y en la segunda tanda de cambios llegaría también el segundo penal a favor, esta vez por una clara patada sobre Nicolás Cordero.

Franco Cristaldo cobró la boleta, cruzó el derechazo y tuvo su premio. El premio al mejor jugador de la cancha, y al responsable de moldear el 2 a 1 que sería final. Resultado que devolvió la ilusión a los corazones Quemeros, que no dudaron en cantar por el campeonato.

Ahora Huracán disputará el final de la instancia con el objetivo de partida: clasificar a Cuartos de Final.

No la tendrá fácil ni tampoco depende de sí mismo. Hay dos lugares para tres equipos, dos de los cuales dependen solo de sí mismos.

Aldosivi y Tigre se clasificarán si ganan, ambos como local. Aldosivi recibe a Arsenal, que solo ganó uno de los últimos diez, y Tigre a Boca, que será segundo pase lo que pase y seguramente guarde jugadores para las semifinales, que comienzan el martes.

Arsenal necesita los puntos para mejorar su promedio, y uno imagina que Boca defenderá su honor ante Tigre más allá de las relaciones carnales entre pesos pesados de ambos clubes.

Huracán debe ganarle a Independiente en Avellaneda para activar sus posibilidades, no sumar tres puntos lo dejará sin ninguna opción de clasificación. Vale destacar que el equipo de Eduardo Domínguez no juega por nada pero tampoco tendrá acción durante la semana posterior, por lo que no debería de guardar ningún futbolista.
Huracán clasificará a Cuartos de Final si derrota a Independiente y Aldosivi o Tigre pierden. Los tres equipos podrían empatar en 21 puntos (Victoria de Huracán y empate de los otros dos) en ese caso la cosa se definirá primero por diferencia de gol y segundo por goles a favor (Tigre +7/17, Aldosivi +2/16 y Huracán +1/17).

Huracán vuelve al cierre de instancia con posibilidades concretas de cumplir un objetivo. Ojalá esta vez sea.