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Bajo la lupa

Bajo la lupa vs Patronato

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Torneo Binance 2022 – Fecha 27 | Patronato 3 vs. Huracán 2 | El seguimiento de cada jugador del Globo.


Lucas Chaves: Tarde mala para el arquero del Globo, que no tuvo atajadas (las que fueron al arco, fueron adentro), estuvo errático con los pies y coronó la tarde (funesta para todo el equipo) que una visita al área contraria en el último centro sobre el final (tiro libre cerca del córner) y cuando Huracán buscaba el milagro, y terminó recibiendo un tercer gol en una escapada en solitario de un jugador de Patronato, tras un rechazo. Primera vez en el torneo que al Globo le hacen más de dos goles, en el peor momento posible. En términos de enojo y fastidio por parte de los hinchas, fue como la gota que colmó el vaso en una tarde de desatinos y rendimientos individuales deficitarios. No obstante, Chaves hizo lo que hizo por inconformista. Salió mal. Con el resultado puesto es fácil criticar, pero hizo lo que creyó mejor para ganar, y eso es respetable. Si nos preguntan a nosotros, queremos jugadores que quieran ganar, y que estén dispuesto a correr riesgos para ello. A Chaves, si lo tenemos que juzgar por esa última acción, con el resultado puesto podrá parecer estúpida o poco criteriosa, pero también indica que, para el tipo, empatar era lo mismo que perder, y acá bancamos eso.

Guillermo Soto: Dentro de esta tarde nefasta y de una última línea que fue desbordada, Soto, al menos desde lo que siempre ofrece (constantes incursiones ofensivas y lagunas defensivas habituales), estuvo más o menos como siempre. Tuvo incluso a nada de anotar un gol que habría cambiado la historia, pero su cabezazo de palomita se fue a centímetros de la base del palo derecho del arquero local.

Fernando Tobio: Uno de los jugadores más regulares y de mayor rendimiento del Globo en todo el torneo. Quizás no tuvo ningún partido extraordinario, pero mucho mejor que eso, no había tenido ninguno por debajo de “bueno” y muchos, muchísimos de ellos de “muy bueno” para arriba. Ayer, no obstante, tuvo un mal día. Mientras estuvo en cancha, no se lo vio tan seguro y sólido como siempre, y para colmo de males, en una jornada en la que el entrenador llevó solamente 2 defensores centrales entre 23 jugadores (seguro que razones hubo, pero no las conocemos y no hubo chance de preguntarle al DT por qué), tuvimos la mala suerte de que Tobio sufriera una molestia y debiera ser reemplazado. Instantes después del cambio, incursión por el carril que éste ocupaba de un delantero de Patronato, remate cruzado, segundo gol del local y las ilusiones que comenzaban a disolverse.

Patricio Pizarro: Reemplazo cantado de Merolla, proyectazo de jugador, de actitud ganadora, buena presencia física y mucha personalidad, tuvo una de esas tardes que marcan. De estas experiencias se sale mortalmente herido, o mentalmente fortalecido. Esperamos por el bien de Pizarro y del Globo, que sea lo segundo. Estuvo más desordenado que de costumbre, lo cual empeoró considerablemente con la doble situación de la lesión de Tobio y el inmediato segundo gol de Patronato. A partir de entonces, todo en Huracán fue vértigo y desorden en busca de una mejoría futbolística -o en el resultado- que nunca llegó

Walter Pérez 👎: Jornada fatal para Walter Pérez, justo en el día de su cumpleaños, en el último partido de una temporada que lo vio florecer y ante una oportunidad única de clasificarnos de manera directa al máximo torneo continental del año próximo. Gol en contra para abrir el marcador a favor del equipo local, siempre a destiempo con las marcas e impreciso para pasar la pelota -su máxima virtud cuando se adelanta-. Sin dudas, todo lo opuesto al cierre de torneo que esperaba el jugador y esperábamos todos. La vida (y especialmente el fútbol) tiene estas cosas, inexplicables, injustas. Pérez tiene mucho por lo que estar contento y deberá dar vuelta la página cuanto antes, porque hay mucho fútbol por jugar el año próximo, desafíos que enfrentar, logros que alcanzar. Sabe lo que es caer en el abismo, y volver. Confiamos en que este tropezón, será solo eso y no lo detendrá en su evolución.

Santiago Hezze: De un torneo fantástico, el domingo por la tarde estuvo ausente en la visita a Paraná. Acostumbrados ya a verlo en todos lados durante todo el partido, esta vez pareció deambular por el terreno de juego siempre a contramano de la jugada. Correr, corrió un montón, pero llegó tarde a todos lados: pocas recuperaciones, sin incursiones ofensivas de peso. Un partido malo lo puede tener cualquiera, y en el caso de Hezze y durante ese último semestre, eso ha sido la excepción y no la regla. Hincha confeso de Huracán, damos por descontado que aun hoy debe estar masticando bronca y desazón. A veces uno olvida que tiene apenas 21 años recién cumplidos, y los hinchas en nuestra locura pedimos una infalibilidad que no es alcanzable. Es probable también que este haya sido -al menos en este ciclo- el último partido de Santiago Hezze con la camiseta de Huracán. Lo único que nos queda esperar es que se vaya de buena manera, por la puerta de adelante y en los mejores términos, con una transferencia beneficiosa para él y buena para el club. Y en unos años, los que sean, ojalá vuelva a cerrar su carrera en el club, con fútbol que dar y toda una experimentada carrera al servicio del fútbol que ha demostrado tener.

Federico Fattori: Uno de los pocos que alcanzó un rendimiento aceptable este pasado domingo. Obviando el primer tiempo (que fue un espanto en todos los aspectos, y en el que Fattori entregó mal la pelota la mitad de las veces que la tocó), en la segunda mitad Fattori fue desde lo actitudinal, un batallador consciente de la parada que se estaba jugando el equipo. Sin embargo, el fútbol no lo acompañó. Corrió como siempre, estuvo especialmente activo con los relevos y recuperó varias pelotas. El problema es que estuvo insólitamente impreciso con las entregas a compañeros y en más de una ocasión generó con sus errores pérdidas en el propio campo de esas que duelen. Por otro lado, empujó al equipo hacia adelante, metió a todo Huracán dentro del área y cerca estuvo de meter un golazo que hubiera sido el premio perfecto para la revelación del Globo en este semestre, que fue fantástico. Que la dirigencia haga uso de la opción de compra de Fattori de inmediato, y lo convierta en el punto de apoyo sobre el cual construir el equipo del año próximo, tanto hacia atrás, como hacia adelante.

Benjamín Garré: Los primeros encuentros de Garré en el Globo fueron para ilusionarse con haber encontrado casi de casualidad, un diamante. Con el correr de los juegos, ese brillo se fue perdiendo -quizás porque los rivales tomaron conocimiento de él y entendieron como marcarlo, tal vez porque el físico no le dio para más y se quedó sin resto para el tercio final del torneo- hasta opacarse casi por completo. En suma: de candidato a la revelación del torneo, a jugador intrascendente que siempre es la primera opción para un cambio. Una verdadera lástima. ¿Se renovará el préstamo de Garré, o será devuelto sin más a Racing? No lo sabemos. Talento, tiene. Cómo explotarlo, es la clave para que se convierta en un jugadorazo. Por una parte, pensamos que lo mejor sería darles lugar y rodaje a chicos formados en el club. Por otro lado, nos tienta la idea de que tenga con este plante y este DT una pretemporada completa y ver qué puede dar.

Franco Cristaldo: Otro jugador con grandísimas chances de no volver a verlo con la camiseta del Globo. Extraordinaria etapa del jugador en Huracán, excelente torneo, inolvidable año para él y para todos nosotros, que lo vimos explotar y concretar todo lo que alguna vez en sus inicios de carrera insinuó. Tuvo un partido de aceptable a bueno, aunque tampoco halló su mejor forma en la visita a Entre Ríos, y no logró sintonizar con sus compañeros en prácticamente ningún momento. De un segundo tiempo mucho mejor que el primero, metió dos tiros con destino de red que fueron magníficamente conjurados por el uno de Patronato: uno de derecha que terminó en gol de Cordero luego del rebote del arquero, y uno cruzado de zurda que también teminó en gol luego del rebote, pero que fue bien anulado por la posición adelantada de Gudiño. Seguramente, conforme pasen los días, Franco Cristaldo tomará distancia de la frustración de este final de torneo con este inesperado tropiezo y verá un balance positivo, pero qué difícil será olvidar este último partido de torneo tan alejado de lo que todos -jugadores incluidos- hubiéramos querido.

Nicolás Cordero 👍: Dos goles (su primer doblete) en su tercera titularidad consecutiva, lo erigen como el mejor del partido del lado de Huracán. Gran definición para el primero, oportunismo para aprovechar un afortunado rebote en el segundo. Pero que el árbol no nos tape el bosque: conceptualmente, lo que hace en el primer gol es exactamente lo mismo que hizo en cancha de Boca y por lo cual fue bajado de inmediato a la reserva (aunque rápidamente indultado y regresado a la primera). En esta ocasión, con absoluta soledad por el insólito error del fondo de Patronato, eran dos jugadores de Huracán contra el arquero, con Cordero avanzando desde la izquierda hacia el medio con la pelota dominada y Cóccaro ingresando absolutamente solo por el medio. Es cierto que ninguna jugada garantiza nada, pero se busca maximizar probabilidades. Cordero priorizó lo suyo por sobre lo del equipo definiendo él. Por suerte fue gol, y entonces está bien que “se haya tenido confianza”, pero en términos de juego colectivo, es exactamente la misma tontería que cometió sobre el final en la visita a Boca. Es como si no hubiera aprendido nada, como si no hubiera entendido qué hizo mal y por qué. Aplaudimos su ambición, pero también creemos que debe dosificarla, y elegir cuando sí y cuando no. Queremos que esto sea el puntapié inicial de su consolidación como delantero en la primera de Huracán, y que meta 20 goles por torneo. Pero también queremos que maximice las probabilidades de que el equipo meta goles cuando las situaciones son tan obvias como la de este primer gol contra Patronato, la de aquella última llegada en la visita a la Bombonera.

Matías Cóccaro: Floja actuación del uruguayo en la visita a Paraná, aunque también hay que decir que la pelota le llegó poco y nada; centros que iban a donde él ya no estaba, pelotas demasiado largas, pases cortos erráticos… la mayoría de los centrodelanteros (incluso lo de clase mundial) sufren horrores cuando el equipo no funciona o el plan de juego establecido se ejecuta deficientemente. Sin entrar en comparaciones, Cordero esta vez tuvo la suerte de su lado, en tanto las dos pelotas que terminaron en gol (y que no fueron fruto de un juego elaborado del globo, sino más bien hallazgos fortuitos, especialmente el primero) le quedaron a él y no al uruguayo. ¿Qué será de la vida de Cóccaro a partir de ahora? Imposible saberlo. De todo el plantel, es uno de los que más se esperaba luego de su fulgurante aparición en el torneo anterior, y ha quedado en el debe no cumpliendo con las expectativas que se tenían. El problema con las expectativas es que son propias y no siempre están justificadas, en tanto que muchas veces se construyen desde el propio deseo de que algo resulte y sin una correlación directa con la realidad. Ahora bien: independientemente de esta dicotomía entre expectativa y realidad, hay un balance positivo y una buena noticia: Huracán compró a mediados de este año el 75% del pase del jugador por U$S 500 mil, y hoy -aun con este rendimiento irregular que tuvo el torneo- su pase está tasado por los sitios especializados en alrededor de U$S 3 millones. Opiniones particulares aparte, es el delantero centro titular de un equipo que terminó entre los 5 primeros en un torneo tan competitivo como el argentino. Tiene, asimismo, contrato hasta diciembre del 2024, por lo que caben dos opciones: o bien habrá Cóccaro para rato, o bien el club hará un buen negocio vendiéndolo por más dinero del que invirtió en el jugador. Si se queda y encima levanta su nivel, una venta suya se vuele más probable. Así que al menos desde aquí, le deseamos una buena pretemporada y que retorne al sendero de los goles y el éxito.

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Lucas Carrizo: Ingresó por Tobio (lesionado) con más de media hora por jugarse, el partido empatado y Huracán intentando encontrarse consigo mismo y su fútbol para llevarse el partido. Se movió Pizarro a la derecha, y quedó Carrizo en el lugar de “6”, dado su perfil zurdo. Carrizo NO es un marcador central y no sabemos si alguna vez jugó antes en ese lugar. Es muy Huracán que justo el partido en el que el DT lleva SOLAMENTE dos defensores centrales entre más de veinte convocados, uno de éstos se lesione y deba improvisar. Es completamente absurdo y hasta ridículo que un equipo de primera división con la posibilidad de convocar dos docenas de jugadores (y disponer de manera directa o indirecta de todos ellos) para un partido NO tenga un reemplazo para una posición. Pero así son las cosas a veces. Lo improbable ocurrió, no había un reemplazo para el puesto y se improvisó con un marcador de punta que jugó 3 partidos en el torneo para formar zaga con un chico que apenas suma media docena de presencias en primera. Obviamente, no resultó como esperaba, pero a Carrizo no puede culpárselo de manera directa por los goles recibidos, aunque todos tenemos la sensación de que quizás con una defensa armada como siempre, el segundo gol no ocurría (el tercero no lo contamos porque era con ya en tiempo de descuento, con la clasificación directa a la Copa Libertadores ya perdida y con el Globo yendo a matar o morir).

Rodrigo Cabral: Entró por Garré a cerca de la mitad del segundo tiempo, y la pregunta es por qué no antes. No es que Cabral haya sido la solución a los problemas de Huracán o fuera por sí mismo a cambiar la historia -de hecho, no lo hizo-, sino que era tan bajo lo de Garré que un cambio, por quien fuera, era urgente. Rodrigo es normalmente un jugador acelerado por demás y que no siempre tiene la cabeza fría para tomar buenas decisiones. El desconcierto y el nerviosismo que maniataban al Globo acentuaron su habitual barullo para jugar y la combinación no resultó productiva. ¿A favor? La pidió, intentó, buscó, pero se perdió en sus propios intentos.

Enzo Luna: Ingresó por Hezze juntamente con Garré, imaginamos que con la idea del DT de abrir el campo, arrinconar a Patronato y bombardear el área para ver si Cabrera (que también ingresó en esta ventana) o Cordero encontraban alguna y anotaban. Pues si este era el plan, no funcionó. Tanto él como Cabral tendieron a centralizarse y de abrir la cancha, poco y nada. Termina un torneo en el que Luba se sumó y con continuidad a la primera división, pero por ahora, más promesas que logros. Esperamos que con una buena pretemporada encima, el próximo sea el de su despegue y consolidación.

Maicol Cabrera: Entró por Cóccaro en el triple cambio de esta ventana, como una última ficha que tirar a la mesa buscando la salvación. Algún cabezazo sin consecuencias y una peinada al medio del área que por poco Soto -también de cabeza- no convirtió en gol fueron sus mejores aportes.

Gabriel Gudiño: Ingresó por Cordero faltando quince más el descuento. Suponemos que para cumplir con lo que ni Cabral ni Luna estaban haciendo (abrir la cancha). Se perdió en la confusión generalizada que era Huracán. Anotó un gol, luego de capturar un rebote en el que estaba claramente adelantado.

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