El “Globo” dominó durante gran parte del encuentro al escolta del campeonato pero desperdició las chances que tuvo -pagó cara la ausencia de un 9 de jerarquía- y terminó perdiendo con un aislado remate de Scocco.

Repitiendo el 4-4-2 clásico del partido anterior, con la vuelta de Nervo y Romat a la defensa tras sus respectivas sanciones, el “Quemero” encontró durante todo el partido los caminos para acercarse al arco de Pocrnjic, sin embargo la falta de un centrodelantero de peso hizo estériles todos los intentos del local por lastimar al arquero “leproso”.

Durante el primer tiempo, el equipo dirigido por Asconzábal tuvo un orden táctico que le permitió desarrollar con suma facilidad su plan de juego atacando por la banda derecha, mediante Romero Gamarra que se recostaba sobre la banda derecha y la posterior combinación con Angulo, que al subir el “Kaku” se abría para explotar su habilidad dejando a Briasco como referencia de área.

Aunque la arriba relatada fue la principal forma de penetrar en zona enemiga durante el transcurso de la primera mitad, el local también apostó a otras variantes tácticas que utilizó pasajeramente, como el ataque por el sector izquierdo con Mariano González, ocasionales desbordes de Romat, o bien los efímeros intercambios de posiciones entre el delantero de inferiores y el ecuatoriano.

En la faz defensiva, Huracán siempre estuvo bien plantado a partir de la férrea dupla de mediocampistas (Fritzler y Compagnucci), que fueron el GPS del equipo durante todo el partido y responsables en gran medida de que Newell’s se viese ahogado muchas veces por su rival y no encontrase la manera de atacar con claridad salvo en jugadas puntuales donde encontraba espacios por los laterales.

Por otro lado, con el correr de los minutos el ex Vélez fue adelantando su posición en el campo, no sólo para presionar la salida de la “Lepra”, sino para acompañar la ofensiva, por lo que Huracán atacaba con por lo menos cinco jugadores en cada ocasión.

En el segundo tiempo, y con la frustración de haberse fagocitado por completo al escolta de Boca pero no haber podido marcar, el DT hizo retoques en la estrategia y fue distinta la propuesta de el “Globo” para intentar lastimar a la visita. Los volantes externos comenzaron  a jugar más cerca de los delanteros y Mariano González ganó protagonismo cuando el juego de los de Parque Patricios se volcó al ala izquierda.

Controlando el partido, aunque no con la claridad del primer tiempo, los avances “Quemeros” modificaron su dinámica, asociándose permanentemente el tandilense con Lucas Villalba que comenzó a participar activamente del ataque, y Norberto Briasco que buscó penetrar en el área o bien encontrar a Julio Angulo, que nuevamente se mostró indeciso a la hora de tener que resolver.

Las dudas del “Negro”, le costaron la salida del equipo a los tempranos 16 minutos del complemento, en pos del ansiado regreso de Ignacio Pusetto, que sumó sus primeros minutos del 2017, tras la famosa pubalgia que lo marginó de las canchas por un extenso periodo de tiempo. “Nacho” se mostró muy activo, ubicándose en la posición de segundo delantero e intercambiando carriles con Briasco cuando lo pedía la situación.

A los 26’, el extenuado González dejó su lugar a Mauro Bogado, que se corría hacia el círculo central por sus características, pero sin modificar el dibujo táctico dispuesto por Asconzábal.

La alegría de ver a un Huracán encendido y superando al segundo de la tabla se diluyó dos minutos más tarde, cuando un remate de Scocco sin peligro aparente se topó con la humanidad de Nervo y se terminó metiendo en el arco de Díaz, que no había tenido intervenciones importantes en el partido.

Tras haber cambiado repentinamente el rumbo del encuentro,  pocos minutos del final, el entrenador sacó a Compagnucci y puso a Montenegro, cambio que modificó el esquema con el que el “Globo” terminó el juego. Fritzler como “5” de contención, más adelante y sobre la izquierda el “Rolfi” como enlace, a su derecha Bogado, y el tridente conformado por Romero Gamarra, Briasco y Pusetto de derecha a izquierda, cambiaron el dibujo del 4-4-2 al 4-1-2-3.

No obstante, sobre los minutos cúlmines y producto de la desesperación, Mancinelli primero (en dos oportunidades), y Nervo después, se quedaron unos minutos parados como centrodelanteros a la espera de algún pelotazo que pudieran capitalizar.

Huracán sufrió la falta de un “9” de peso para aprovechar alguna de todas las chances que tuvo de convertir, lo que no le faltó al rosarino, que tuvo una sola ocasión de peligro y la concretó. 

Incluso siendo muy superior a un rival importantísimo por su actualidad, ésta vez lo que jugó en contra fue el mercado de pases. 

Ya lo dice el dicho popular: los que se erran en un arco, se hacen en el otro.