Marcos Díaz: Construyó una actuación muy sólida en el primer tiempo, rompiendo en el área para despejar centros peligrosos y atajándole muy bien un centro venenoso a Fernández. En el complemento subió las revoluciones y perdió seguridad, dejando su arco expuesto en una apresurada salida donde terminó desentendiéndose de la jugada. No tuvo responsabilidad directa en el gol rival.
Nicolás Romat: En líneas generales su actuación fue muy pobre, pese a tener algunos momentos de firmeza en el cierre de la primera mitad y en los minutos iniciales del complemento. River propuso un juego por las bandas y allí Romat alternó errores y aciertos. No pesó en ofensiva más allá de un remate pésimo y quedó expuesto en la jugada del gol, perdiendo el anticipo. No fue su peor producción con nuestra camiseta, insisto en que hubo momentos buenos, sin embargo la foto final lo muestra no justificando su titularidad.
Martín Nervo: Regresó al primer equipo con una actuación discreta, sin errores notorios y  con un buen ritmo para el salto y anticipo defensivo. Hizo un partido muy malo con la pelota en los pies, apresuró salidas en las que no dio buen destino al balón e hizo el ridículo con un centro de características amateurs en el cierre de la primera mitad. No hay forma de discutir la categoría de Nervo, sin embargo y por motivos que no conocemos no ha logrado volver a explotar su nivel con la camiseta del Globo. Ojalá podamos recuperarlo, ha demostrado su valor, sin embargo los partidos pasan y las mejoras no ocurren.
Federico Mancinelli: Su actuación terminó manchada por la irresponsabilidad que cometió al final, donde realizó una infracción fuerte y totalmente evitable, que le valdrá al menos un partido fuera del primer equipo por sanción. En el gol de River también quedó salpicado, estuvo más atento por Driussi que de la pelota y terminó corriendo al delantero desde atrás. Por otro lado quedó a centímetros de convertir con un excelente cabezazo que se estrelló de lleno en el palo. El Pelado es importante para el equipo, aún con errores, por eso lo necesitamos dentro del once titular y duele tener que perderlo por una acción totalmente fuera de lugar.
Carlos Araujo: Regresó al lateral izquierdo y cumplió, como en casi todos los partidos que ha jugado este semestre. El Pipi debió marcar a contra pierna a jugadores más veloces que él, sin embargo se las ingenió para no quedar expuesto e incluso ejecutó algunos cierres de último momento muy oportunos. En ofensiva casi no participó y aunque buscó ser prolijo con la pelota en los pies también se apresuró en algunas salidas. Es uno de los jugadores que evita el colapso total.
Matías Fritzler: Buen partido de Fritzler, adaptándose a distintos lugares dentro del mediocampo y mostrando jerarquía en momentos claves del partido. Durante los mejores pasajes de Huracán fue Matías quien sostuvo a los volantes, cortando muchas pelotas en el círculo central y siendo expeditivo en la circulación del balón. Volvió a jugar dentro de un rango superior a los seis puntos demostrando nuevamente su valor en este equipo, siendo posiblemente el único jugador de este plantel al que nos costaría horrores reemplazar. Hay que ser bastante inepto para desatender su contrato, y descuidar el vínculo que tiene con la institución.
Luca Sosa: Fue mutando de posición con el correr de los minutos y le costó bastante tiempo hacer pie. Comenzó como volante central y aunque recuperó algunas pelotas tuvo dificultades para la circulación, sin poder lograr hacer su juego de ida y vuelta. En el complemento lo movieron sobre la izquierda y allí ganó importancia, fue salida para Huracán, acompañó los ataques hasta el área de River y también pudo replegarse para aportar su importante cuota en defensa. Terminó siendo reemplazado por las necesidades del equipo, y no tanto por su actuación individual.
Javier Iritier: Nuevamente demostró desfachatez para jugar, no se achicó jamás en un estadio que helaría a cualquiera y fue el motor de fútbol Quemero durante el mejor momento de Huracán en el partido. Mostró control y gran trato del balón, contribuyó en la elaboración de jugadas de ataque e incluso regaló algunas pisadas productivas que lo distinguieron. Lamentablemente no ha sido preparado para afrontar noventa minutos de ritmo oficial, y aunque con el correr de los partidos irá mejorando este aspecto se ha ganado la consideración general del hincha. Lo imaginamos siempre en el once titular.
Alejandro Romero Gamarra: Construyó una actuación irregular, con momentos de lucidez y otros tantos en los cuales perdió contacto con la pelota. El Kaku juega y está cumpliendo con la difícil tarea de tomar las riendas de los ataques, regaló algunos toques de distinción y aunque no tuvo jugadas claras de gol sí merodeó el área y llegó bien pisado en algunas oportunidades donde no fue buscado. Terminó siendo reemplazado en un movimiento polémico, por físico y juego, Romero Gamarra no debió dejar el terreno de juego, aún con sus lagunas.
Ignacio Pussetto: Las jugadas más importantes de Huracán llegaron en los pies de Pussetto, quien a pesar de tener momentos en los cuales se desenchufa ha vuelto a ser el jugador más peligroso del equipo en ofensiva. Armó dos jugadas excelentes ingresando al área por izquierda, primero Batalla se lo negó a centímetros de la línea de gol y después habilitó perfecto a un Mendoza, que falló el shot. La contracara de Nacho fue un error tremendo en la primera mitad, cuando después de aprovechar un fallo rival quedó mano a mano pero se mancó en el control. Es el momento de usarlo como principal referencia de ataque, probarlo en lugar de los nueves que no hacen pie. Con sus errores de criterio y ejecución, Pussetto se mantiene como la principal arma ofensiva de este Huracán.
Jerónimo Barrales: Otra actuación olvidable de Barrales, que sigue sumando minutos sin convertir goles y cuyo lenguaje corporal continúa proyectando un desgano y desinterés que cuesta admitir en el contexto que se encuentra Huracán. Tuvo una oportunidad bárbara cuando recibió un rebote, pero se abatató demasiado y erró al arco parado en la puerta del área chica. Su titularidad se explica solo con lo que tiene detrás, pese a esto cuesta entender que siga teniendo crédito y minutos. Con ese nivel de Jerónimo no hay más que agarrarse la cabeza, maldecir nuestra suerte y rezar con una mejora que cuesta horrores creer ocurrirá.

Julio Angulo: No entró con la lucidez del partido ante Racing, es cierto que se lo buscó mucho menos. No logró desnivelar por las bandas y tuvo poco contacto positivo con la pelota.

Daniel Montenegro: Buscó ser eje de juego y lo logró, tiró algunas pelotas buenas y otras tantas muy desviadas. Al Rolfi le sacaron al Kaku y lo liquidaron, debió buscar la pelota prácticamente entre los centrales y quedó lejísimos del arco rival. Lo positivo fue la energía que aportó con su ingreso.

Diego Mendoza: Fue voluntarioso y mostró ganas de estar en cancha, en lo estrictamente futbolístico mostró algunas limitaciones a la hora del control y debió retroceder mucho para hacerse de la pelota. Tuvo una oportunidad insuperable para anotar, sin arquero, pero su derechazo se estrelló en el travesaño. Entiendo todos los factores, pero cuesta entender que un centro delantero pierda una posibilidad así.