Huracán jugó un buen partido en líneas generales ocasionando situaciones de gol, volvió a entregar la iniciativa del juego a su rival pero buscó salir rápido de contra y sobre el final fue a buscar decididamente el gol y terminó consiguiendo un empate ante Racing.

Para hacer un análisis valedero desde la parte táctica, hay que resaltar un dato no menor que tuvo lugar en el cotejo ante “La Academia”: No fueron de la partida dos piezas otrora claves para el equipo, como Mauro Bogado, quién supo ser el motor de la mitad de la cancha hasta hace un tiempo, y el mismísimo capitán Quemero Martín Nervo.

Punto para Caruso. Lo cierto es que la salida de dos de las figuras de Huracán hasta el torneo anterior tuvo que ver con un muy bajo rendimiento de ambos en los últimos partidos (todavía nos queda en la retina el amateur error cometido por Bogado en el primer gol de San Lorenzo), en los que errores en jugadas puntuales torcieron el rumbo de los mismos, por lo que ante la presión de la gente y una cuota de sentido común por parte del DT resolvieron el asunto.

De esta forma, el equipo tuvo 2 caras “nuevas” y un regreso a la titularidad. El uruguayo Mario Risso reemplazó a Martín Nervo en la zaga central, Luca Sosa volvió al lateral izquierdo (Araujo se paró de “4” dando paso a la salida de Nicolás Romat) y el joven Javier Iritier ingresó por el “Rolfi” Montenegro, parándose en ¾ de cancha mientras que Mauro Bogado fue reemplazado Mariano González.

En los primeros minutos el Globo atacó a Racing por el sector derecho con el “Kaku” suelto -como ya es habitual-, y asociado principalmente con Iritier. A su vez, rememorando viejas épocas, el “9” buscaba marcar la punta del ataque esperando que le llegue la pelota, aunque claro que en lugar de “Wanchope” estaba Jerónimo Barrales, que no logró darle “quórum” a esas jugadas.

A los pocos minutos y como suele suceder, Huracán le cedió la iniciativa al rival y defensivamente delineaba un 4-4-2 en este caso con Pussetto a la derecha, Romero Gamarra por izquierda e Iritier cerca de Barrales.

Sin embargo no le costó tanto al Globo salir de su propio terreno como venía aconteciendo, ya que se propuso avanzar rápidamente por la derecha con Araujo y el “Kaku” o bien con pelotazos en busca de Barrales que o recibía por el centro o pivoteaba hacia la derecha para iniciar las jugadas.

Así el equipo logró llevar peligro a Orión con contraataques y buenas elaboraciones conjuntas entre un Iritier de muy buen encuentro y Romero Gamarra (quién se afianza como conductor del equipo y partido a partido demuestra que es casi desubicado sacarlo del “11” titular) mientras que Ignacio Pussetto se centraba en el campo para dejar lugar a la apertura del “Kaku”.

Luego del gol de Racing a los 38’ minutos de la primera parte, causado por un gran desborde de Acuña seguido de un anticipo de Lautaro Martínez que dejó pagando a Mancinelli y a Risso, Huracán pudo generar peligro pero resguardándose en demasía en su territorio.

En la segunda mitad, el Globo volvió a tomar la iniciativa nuevamente con Romero Gamarra como punta de lanza, esta vez por la izquierda, los primeros 10 minutos del juego. A los 13 minutos del complemento, Mariano González dejó su lugar en la cancha para el ingreso de Julio Angulo, quién se paró por la izquierda provocando el retroceso del “Mono” Iritier para colaborar con Matías Fritzler en la franja central.

A los 28’ del segundo tiempo Caruso metió mano por partida doble al banco de suplentes. Diego Mendoza reemplazó a un intrascendente Jerónimo Barrales y el “Rolfi” Montenegro ingresó por Javier Iritier, con una dolencia en su tobillo derecho.

A partir de allí Huracán se adelantó en la cancha y fue a buscar decididamente el empate, con Montenegro por el centro, Angulo -que se pareció mucho al que esperábamos ver desde su llegada-por la izquierda, aunque luego cambiaría de banda con Pusetto (así llegó el gol) y la infaltable calidad del “Kaku”.

Si bien le faltó juego y por momentos retrocedió más de lo necesario, Huracán mostró una buena imagen a partir de la fructífera sociedad entre Romero Gamarra e Iritier, y sobre el final el ingreso de Angulo en un gran nivel.

De esta manera, es necesario de cara a lo que viene que el Globo tome la actitud que mostró ante la “Academia”, pero sobre todo dejar de depender de lo que haga el rival para intentar imponer su propia idea de juego.

Como conclusión, si bien como rezaba Reinaldo Merlo “paso a paso” se logra mejorar el panorama desde adentro de la cancha, ahora restará no entibiarse y sostener lo hecho en el tiempo para dejar de bailar con la más fea.