Se hizo esperar, pero luego de 3 fechas Huracán salió a la cancha con un número 9.

No obstante, no tuvo una idea clara de juego, se mostró dubitativo y en líneas generales fue superado futbolísticamente por Tigre, que pagó con un agónico empate de Nervo no haberse decidido a liquidar el encuentro. 

Fiel a su estilo, Dominguez paró un 4-2-3-1, con Fritzler nuevamente como volante «tapón», Mariano González reemplazando a Mauro Bogado, quien no jugó por un problema físico de última hora, Patricio Toranzo volcado a la izquierda, Ignacio Pusetto nuevamente ocupando el extremo derecho del ataque y Diego Mendoza, que jugó su primer partido de titular por el torneo doméstico, parado como centrodelantero.

En el desarrollo del juego la estrategia del Globo para llegar al arco rival fue variando.

Durante los primeros 15 minutos del partido, los de Victoria sostuvieron una presión alta que obligó a Huracán a defenderse con un medio campo cuya función original (con 3 jugadores de creación y sólo Fritzler para la contención) era atacar.

Así, Toranzo por izquierda y Pusetto por derecha retrocedían para frenar las subidas de los laterales, mientras Montenegro oficiaba de enlace para conectar con Mendoza en algún hipotético contraataque, lo que dibujó un improvisado 4-4-1-1 en las líneas quemeras. Las constantes subidas de Martín Galmarini por la izquierda de la defensa quemera limitaron al «Pato», que no pudo aportarle en ningún momento claridad en ataque al equipo.

A partir del minuto 15, Rolfi Montenegro tomó las riendas y retrocedió para darle al conjunto la conducción que no tuvo Mariano González. A partir de allí, Huracán comenzó a crecer y a tener chances netas de gol. En oportunidades, Toranzo se cerraba para ocupar su posición natural permitiendo la subida de Ezequiel Garré para darle aire a los ataques y por momentos, el «Rolfi» se encargó de crear situaciones con habilitaciones a Diego Mendoza, quien también tuvo un rol defensivo al volcarse por momentos a la izquierda para intentar contener a un incansable «4» matador.

El segundo tiempo encontró mejor parado a Huracán, que salió con Montenegro decididamente como conductor. El 10 «jugó de Bogado» por la derecha dándole esto más libertad de movimiento a González, que al no entender la dinámica que necesitaba el juego, generó desconexión con Pussetto y Mendoza.

Así las cosas, Dominguez tardó 14 minutos en reemplazar al extrañamente impreciso Toranzo por Romero Gamarra, que ingresó para moverse libre en 3/4 de cancha y le permitió al «Rolfi» asociarse con González. De ésta manera se gestó una clarísima chance (simil gol a Aldosivi en el pasado torneo) que esta vez desperdició el Kaku.

Sin embargo, el cambio que transformaría el esquema llegó a los 23′ del complemento con el ingreso de Jerónimo Barrales por el dolorido Pussetto, que no supo lastimar en ataque. A partir de allí, Huracán cambió el flexible 4-2-3-1 por un falso 4-4-2, con González por el sector derecho, Romero Gamarra por izquierda y Montenegro por el centro acompañando el ataque.

Con la salida del «Rolfi» por el ecuatoriano Julio Angulo, el equipo formó definitivamente 4-3-1-2 con Fritzler por el centro, González de enlace y el «Kaku» y Angulo por los costados. Éste último le aportó oxígeno al Globo que con una embestida en los últimos 10 minutos se llevó un milagroso empate ante Tigre.

A simple vista, Dominguez implementó demasiadas estrategias distintas cuando, sin dudas, Huracán necesita urgentemente delinear una táctica estable y sostenible en el tiempo. El sábado llegará una inmejorable oportunidad para solidificar el esquema ante los ojos impacientes de los hinchas. Recalculando…