Soy un idiota, pero prefiero no irme nunca más al descenso antes de ganar quince SuperCopas Argentinas. Seguramente esa sea la mentalidad que debemos cambiar para que Huracán resurja de una buena vez. Estos seis meses vimos un plantel desdoblado en dos o tres equipos. Por un lado los leones que se comieron crudo al Cruzeiro, que con argumentos fueron Campeones ante el mejor River de los últimos siete años, que golearon al hasta entonces invicto Argentinos Juniors y también a Alianza Lima en Perú.

El otro Huracán hizo un papelón en Venezuela, falló en casa ante los discretos Universitario y Mineros. Fue goleado por Olimpo, perdió el clásico, también contra Boca. Hubo un tercer Globo, el alternativo, un rejunte de jugadores que en lo individual pueden llegar a pesar en el mejor equipo, pero que en lo colectivo no ganaron un solo partido y nos costaron muchos de los puntos que hoy nos ponen entre los peores en un campeonato de treinta clubes.

Hubo lesiones, demasiadas para tantos compromisos, y los afectados por las selecciones en el cierre. También hubo un pésimo mercado de transferencias, donde los dirigentes se movieron tarde y mal, y el cuerpo técnico aceptó sin mayor remedio ni oposición (Por lo menos eso se aprecia como socio y espectador) Jugadores que se fueron sin debutar, otros que volvieron por la puerta de atrás. Hay una protección exagerada por profesionales que pese a lograr objetivos importantes también hicieron agua con una frecuencia preocupante.

Del partido con Colón hay que decir que pese a las dudas que muchos teníamos sobre la formación inicial, el equipo mostró esbozos de juego asociado y una idea que debe pulirse mucho para pesar positivamente. Los pelotazos a Ábila siguieron a la orden del día y quizás con un Wanchope más aceitado podríamos habernos quedado con el triunfo.

En la primera mitad el Sabalero golpeó a los pocos segundos (constante en los últimos partidos, donde siempre nos llegan de arranque) con un cabezazo de Ballini que Marcos mandó al córner. Huracán tardó en responder pero lo hizo con regularidad, primero un gran pase de Toranzo derivó en un buen amago de Ábila y remate que tapó Broun. En el rebote Montenegro le dio con rosca al arco vació y la pelota se fue besando el palo izquierdo.

Torassa llevaba peligro por las bandas y Huracán estaba mucho más cerca del gol que su rival, sin embargo y a ocho del final Colón conseguiría el dulce. Tiro de esquina para el Globo, Toranzo ejecuta mal (Como en toda la tarde) y el contragolpe termina con Luciano Balbi en el relevo y la pelota aparentemente dominada. Lucho intenta un innecesario sombrero que termina habilitando el solitario ingreso de Cristian Llama, Vismara hace agua en la reacción y el volante Sabalero entra solo al área para ponerla donde quiso ante Díaz y dejar al local en ventaja.

En el complemento Huracán mantuvo la alineación ante un Colón clavado en su campo. Sin embargo el empate Quemero llegaría gracias a una combinación de precisión y velocidad en una recuperación defensiva. Entre Balbi y Echeverría recuperan la pelota en área propia, Luciano sale jugando y el balón termina con Montenegro en el círculo central. Rolfi avanza en su lugar del terreno para tomar el tiempo justo y habilitar con un excelente pase entre líneas el sorpresivo ingreso de David Distéfano, el zurdo no se abatata y con claridad define al primer palo dejando el partido uno a uno en dieciséis minutos.

En la última media hora el partido fue parejo, con pocas situaciones de gol pero muchas aproximaciones Quemeras que no terminaron pesando por fallar en el último toque. A falta de cinco minutos el ingresado Gil Clarotti apuró a Jorge Broun en la salida y obligó al arquero a tomarla con la mano fuera del área. Expulsión por último recurso y Colón, que ya había hecho los tres cambios, terminó el partido con el centrocampista Matías Ballini en el arco.

Esa jugada generada por Gil Clarotti nos otorgó un tiro libre directo dentro del semicírculo del área. La acción pedía una ejecución fuerte, y Montenegro aparecía como la mejor opción. Finalmente Domínguez se hizo cargo buscando colocar la pelota (En una distancia donde pocos jugadores a nivel mundial podrían asegurar la conquista). En resumen la pelota pegó en la barrera y Domínguez terminó expulsado por cortar la contra, estando amonestado. Un minuto de oportunidades inmejorables, terminó siendo fatal.

Aún sin arquero no hubo decisión, Vismara la siguió tocando para atrás, los errores colectivos aparecieron y Huracán no logró un solo tiro al arco durante el cierre. Patricio Toranzo tuvo un córner, pero regaló una pelota más antes del pitazo final.

Huracán fue más, pudo ganarlo pero no supo cómo. Hay que recuperar a los muchos lesionados, recuperar en continuidad a Espinoza y reemplazar con mejor criterio a aquellos que dejen el club. No olvidemos que la transición que comenzó en 2014 no terminó, no solo hay que evitar los últimos lugares sino que también debemos sumar la mayor cantidad de puntos para arrancar tranquilos las próximas temporadas. A no confiarse con este plantel de cara a la Sudamericana, quedó claro que no son suficientes.

Los errores ya se cometieron, sepan que hay mucha gente que no va a tolerar que tropiecen con la misma piedra una vez más.

– Síntesis – 

Colón de Santa Fé: Jorge Broun; Pablo Cuevas, Franco Lazzaroni, Mariano Bíttolo, Germán Conti; Matías Ballini, Pablo Ledesma, Cristian Llama, Gerónimo Poblete, Brian Romero; Lucas Alario. DT: Javier López.

Huracán: Marcos Díaz; Martín Nervo, Santiago Echeverría, Eduardo Dominguez, Luciano Balbi; Daniel Montenegro, Federico Vismara; Agustín Torassa, Patricio Toranzo, David Distéfano; Ramón Ábila. DT: Néstor Apuzzo

Árbitro: Pedro Argañaraz

Goles: 37′ Llanda (C); 61′ Distéfano (H).

Expulsados: Eduardo Dominguez (H) y Jorge Broun (C).