Superliga 2017/18 – Fecha 16; Arsenal 1 vs. Huracán 1 – El seguimiento de cada jugador del Globo.
Marcos Díaz: Le convirtieron por tercer partido consecutivo, esta vez en un penal donde Marcos dejó la sensación de haber podido hacer un poco más. Pero no hay más reproches posibles, menos luego de sacar una pelota muy complicada con el partido uno a uno. Sí hay que destacar, una vez más, sus grandes dificultades para jugar la pelota con los pies desde su arco. Casi todas van afuera, o posición del rival.
Carlos Araujo: Regresó al equipo titular y no desentonó, ni mucho menos. Cumplió, como suele hacerlo, aunque realmente no hubo grandes diferencias en cuanto a lo que venía produciendo Chimino. Para destacar su empuje y voluntad ofensiva, lanzó algunos centros peligrosos y siempre se mostró como opción de descarga.
Saúl Salcedo: Otro irregular partido del paraguayo, quien en esta oportunidad se mostró nervioso como nunca antes en ciertas situaciones. Apuró decisiones y estas no terminaron siendo las más atinadas, de todas formas mantuvo un nivel de fábrica que le permitió llegar entero hasta el final. Lo seguimos esperando en su mejor versión.
Martín Nervo: Un paso para adelante, dos hacia atrás, así parece ser el 2018 del capitán Quemero. Cometió varios errores en la salida, tiró pelotas a cualquier lado y resolvió mal las poquísimas intervenciones que logró en el área rival. Quizás era un partido especial para él, o tal vez una simple continuidad de su irregular, lo concreto es que nuevamente Nervo no convenció.
Pablo Álvarez: Su ingreso concretó el cambio más solicitado por los Quemeros, aunque el resultado terminó entregando dos caras. Por un lado la indudable jerarquía de un jugador que tiene criterio con el balón y respuesta rápida para la marca, por otro la evidente no plenitud desde lo físico que terminó jugándole en contra en más de una ocasión. Perdió la cuerda en la jugada que finalizó en el penal mal cobrado y fue espectador de lujo en el tiro que Marcos Díaz salvó durante el complemento, donde descuidó a su marcador. Debe seguir como titular, aunque no puede bajar un segundo la guardia.
Adrián Calello: Quedó asilado en el círculo central, muy lejos de los defensores pero también de los delanteros. Por no tener descarga perdió varias pelotas, intentó una de más estirando su posesión y eso no llevó a buen puerto. No fue su mejor partido pero trabajó duro para no desentonar, aunque hizo un desgaste físico que no coincide con el poco empuje ofensivo que tuvo el equipo.
Mauro Bogado: Regresó al primer equipo en lugar de Damonte y alternó buenas y amalas. Buscó sin éxito ser conductor, teniendo poco contacto con la pelota y errando pases que desde la tribuna se veían más simples. Flotó por el mediocampo sin una marcada definición táctica, no siempre fue complemento de Calello y terminó siendo reemplazado con molestias.
Ricardo Noir: Se desenvolvió en una posición indescifrable para propios y extraños. No fue delantero ni defensor, no se movió por la banda y su libertad táctica terminó quitándole vértigo. Flotó entre el centro y la izquierda del ataque, pisó el área en algunas oportunidades pero jamás desequilibró más allá del buen centro que Coniglio terminó desperdiciando. Sigue sin encontrar su lugar en este equipo, más allá que por nombre propio sea difícil imaginarlo fuera del once titular.
Nicolás Silva: Con poco lo mejor, quizás por ser el jugador más vertical que tuvo el Globo en la tarde. Se movió por banda izquierda y fue motivo de preocupación constante para el fondo de Arsenal, pisando el área con constancia. Apareció varias veces por el centro del ataque y hasta cabeceó la pelota que derivó en el gol de Coniglio. Tuvo una actuación para no despreciar, con motivos para repetir titularidad. Habrá que ver si puede sostenerla o solo fue la ilusión de ver a un jugador correr para adelante en el marco de un equipo que no lo hizo.
Ignacio Pussetto: Mal partido de Nacho, lejos de sus posibilidades. Visiblemente condicionado por el clima no logró explotar su velocidad ni tampoco poner en jaque con constancia al fondo rival. Por momentos fue lanzador, en posición de volante, y aunque no tuvo la obligación de arrancar siempre en campo propio tampoco fue decididamente delantero. Definió muy mal las opciones propias que generó, y no terminó de entrar en el circuito. Los mejores deben ser los más exigidos, por eso esperamos más de Pussetto.
Fernando Coniglio: Convirtió de carambola el gol del empate, con un cabezazo a puro olfato goleador. Más allá de eso no entró demasiado en juego, solo cuando ingresó Chávez en donde quedó demostrado que quizás su potencial pueda aumentar jugando con otra referencia de ataque. Mientras anote lo demás importa poco, aunque está claro que esto no alcanza para cubrir la expectativa que hay en su fútbol.
Daniel Montenegro: Ingresó para sumar fútbol pero no terminó de lograrlo, más allá de algún toque de distinción al pasar la pelota. Tuvo una opción inmejorable para anotar, pero tiró la pelota a cualquier lado cuando la tenía servida a su buena pegada. Lo positivo es que nuevamente encontró lugares para llegar a posición de shot, la mala es que otra vez definió muy mal.
Patricio Toranzo: Poco más de diez minutos para el Pato, cuando todos sabemos que necesita más tiempo para imprimir su sello en el partido. Ocurrió aquello que quienes vemos seguido al Globo imaginábamos, casi no hubo participación de Toranzo.
Andrés Chávez: Tras jugar los noventa minutos ante Central ingresó faltando ocho cuando el equipo debía ganar, clarísimo mensaje del entrenador. Andrés estuvo lento con y sin la pelota, proyectando otra vez la imagen de estar lejos de su mejor forma física.
Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.