Superliga 2018/19, Fecha 10 – Huracán 3 vs. Colón 2 – El Globo de Gustavo Alfaro jugó prácticamente todo el segundo tiempo con uno menos por la infantil expulsión de Auzqui, y con el marcador 0-2 a favor de Colón. Pero en una ráfaga heroíca de 11 minutos, dio vuelta el partido para conseguir ganar un partido que, en otro momento del club, hubiera sido imposible.
Tras la derrota frente a Independiente en la fecha pasada, el entrenador dispuso de dos modificaciones en el 11 inicial para enfrentar a Colón de Santa Fé: el ingreso de Israel Damonte en lugar de Mauro Bogado, y de Diego Mendoza en reemplazo de Andrés Chávez. Una vez mas el esquema utilizado fue el 4-4-2 predilecto de Alfaro. De esta manera, el equipo quedó conformado por Marcos Diaz en el arco, una línea de 4 defensores integrada por Christian Chimino y Pablo Álvarez por los costados, y Federico Mancinelli junto a Saúl Salcedo en la zaga central. En el mediocampo estuvieron Carlos Auzqui y Andrés Roa por los carriles, y como dupla de volantes centrales, el mencionado Damonte e Iván Rossi. En ataque tomaron lugar Lucas Gamba y Mendoza.
El encuentro comenzó bastante trabado, con un Colón refugiado en defensa, y Huracán con la intención de imponer su localía saliendo a buscar el partido. El equipo de Eduardo Domínguez no le hizo fáciles las cosas al globo, pues le ejerció presión a los centrales desde que recibían la pelota proveniente de Marcos Diaz. Esto se lo atribuyo al conocimiento por parte de Domínguez de sus ex jugadores y el estilo de juego que propone Alfaro. Su idea fue cortar ese circuito de toque, para que el conjunto quemero no tuviera mas que tirar pelotazos en busca de sus delanteros. La única llave que encontraron los futbolistas locales para generar peligro en la primera parte, fue a partir de las subidas de Chimino por el costado derecho, pero el ex Temperley no estuvo preciso en cuanto a los centros.
El juego se rompió a partir de una pelota perdida en mitad de cancha por Damonte, que culminó en el primer tanto a favor de la visita. Luego tras un ataque de Huracán, Colón hilvanó una contra muy certera, que terminó con el segundo e inmerecido tanto a favor de los santafesinos. No era justo el resultado hasta ese entonces, pero los dirigidos por Domínguez supieron aprovechar dos situaciones propicias para gol a partir de errores y rebotes favorables.
El complemento se presentó aun mas adverso para los quemeros por una infantil expulsión de Auzqui que dejó al equipo con un menos y con un resultado adverso. A partir de lo acontecido, Gustavo Alfaro decidió meter mano en el equipo con dos modificaciones: el ingreso de Walter Pérez en lugar de Damonte y de Chávez por Mendoza. De esta manera el entrenador desechó a uno de sus volantes defensivos, para sumar un jugador mas ofensivo como Pérez que se ubicó en el sector izquierdo del mediocampo. Llamativamente, con el resultado a su favor, Colón sostuvo una actitud muy timorata en el campo, refugiándose en el fondo y dejándole el balón a Huracán para que lo maneje a su antojo.
Pero el quiebre del partido se dio a los 18 minutos de juego: Alfaro tomó nota de esta intención del «sabalero» por no atacar, y sacó un defensor para sumar un nuevo jugador de ataque: Norberto Briasco entró por Pablo Álvarez, quedando así el equipo parado con un 3-4-2, con Walter Pérez teniendo la responsabilidad de hacer la banda izquierda por completo, y Briasco lo mismo por la derecha. Un minuto despúes del cambio, Huracán pudo descontar tras una jugada a puro coraje de Lucas Gamba, que el ex Unión pudo capitalizar tras un preciso pase de Chávez.
Al minuto siguiente, nuevamente a través de un pelotazo frontal de Salcedo, Gamba la peleó, la ganó, se la cedió a Briasco, quien llegó al fondo, colocó un centro al ras del piso que encontró en solitario a Roa y el colombiano canjeó por gol para la algarabía impensada de todo el pueblo quemero. Pero la presión y la moral del globo siguió en ascenso y fue a por todo por el triunfo. Cinco minutos después del empate, Gamba recibió una infracción pegada a la raya del área grande del arco defendido por Leonardo Burián. Fue el propio ex jugador de Independiente Rivadavia quien se hizo cargo de la ejecución del tiro libre y que, tras un desvío en la cabeza de Adrián Bastía se metió a gol. Triunfo categórico y merecido por todo el esfuerzo realizado en la segunda parte del partido.
El título de la nota lo dice todo: este es un nuevo Huracán sin lugar a dudas. El Huracán de Gustavo Alfaro es cosa seria de verdad. Después de un traspie impensado la fecha pasada contra Independiente, y el resultado desfavorable en el primer tiempo, sumado a la expulsión, revertir un partido con todos esos condicionantes negativos, habla de lo cambiado que está el globo en cuanto a la actitud y al hecho de revertir situaciones. Sería innegable e hipócrita negar la responsabilidad del cuerpo técnico en post de haber conseguido esta hazaña. No sólo por los cambios precisos e inteligentes que realizó el entrenador, sino también por la muestra de caracter y vergüenza deportiva mostrada en el segundo tiempo.
Habemus nuevo Huracán señoras y señores.
Periodista Deportivo. Profesor de Educación Física