Copa Libertadores 2019, Fecha 4 – Cruzeiro 4 vs. Huracán 0 – Nueva derrota del equipo de Mohamed, posiblemente de las más duras en su ciclo. A Huracán lo pasaron por arriba, se volvió con cuatro goles en contra y podrían haber sido más si Cruzeiro seguía atacando. Muchísimas debilidades defensivas y un penal no cobrado dejaron al Globo muy cerca de la eliminación, en un grupo que sigue siendo el más fácil de la competición.

LO BUENO

Barrios: quizá el más voluntarioso del equipo. Jugó lejos del área, como le viene sucediendo desde que llegó a Huracán, pero recuperó varias pelotas, generó algunas faltas y luchó siempre cuerpo a cuerpo para tratar de aguantar el balón. Tuvo una situación muy clara que desvió el arquero (previa a la jugada del penal). En el segundo tiempo se apagó, como el resto del equipo y el partido en general.

Damonte: fue el más firme del medio, por lo menos mientras el partido todavía valía la pena. Alternó pelotas recuperadas con apariciones en ataque, aunque también se mostró impreciso en algunas descargas. A los 20 del primer tiempo hubiese marcado el gol del empate, si el defensor brasilero no desviaba su tiro con la mano cuando ya era gol de Huracán.

Primer tramo: lo único que hizo bien Huracán durante el partido fue entre el minuto 5 y 22 del primer tiempo. En ese lapso, después de un arranque complicado, se posicionó en campo rival, dominó la pelota por momentos y hasta tuvo una situación en los pies de Gamba. Con el partido 1 a 0, siguió intentando y no lo empató de milagro. A partir del segundo gol de Cruzeiro, el partido fue otro, con total dominio del local y una falta de reacción asombrante de Huracán.

LO MALO

Alderete: se equivocó todo el partido, y sobre todo en las jugadas importantes. En el primer gol, Fred se cruzó toda la cancha para llegar a cabecear, pero Alderete volvió tarde. En el segundo no marcó a nadie y el delantero definió solo y tranquilo en el área chica. En el tercero perdió por arriba nuevamente con Fred. Cuando terminaba la primera parte, debió ser expulsado por una entrada durísima, pero sólo se llevó una amarilla. Y arrancando la segunda parte, se hizo cargo de un tiro libre en el borde del área que casi sale del estadio.

Chimino: no paró a nadie, y fue el otro responsable en los cuatro goles del local. Ya en la primera jugada del partido había quedado expuesto, pero lo salvo Silva. En el primer gol retrocedió sin marcar nunca a nadie, ni al que tenía la pelota ni al que recibió para enviar el centro. En el segundo retrocedió con un delantero hasta el área chica, pero terminó mirando cómo ese mismo delantero la bajaba tranquilo y cómo el otro definía sólo. En el tercero, nuevamente el centro vino desde su costado, sin poder marcar. Y en el cuarto, permitió el remate del lateral brasilero que terminó en el ángulo de Silva. Mucha voluntad, pero así no sirve.

Gamba: va a seguir cayendo siempre en esta parte de la sección, hasta que vuelva a ser el jugador del semestre pasado o por lo menos hasta que el rendimiento del equipo haga disimular su bajísimo nivel. Se pasó el partido fastidiado y protestando, contra el árbitro pero también consigo mismo y con sus compañeros. Siempre estuvo lejos de la jugada y sólo participó en ataque con un tiro desde afuera del área tras una buena contra iniciada por Barrios.

Problema emocional: Huracán está atravesando una de las rachas más negativas de las últimas décadas y el equipo lo siente, tanto en los resultados como en lo anímico. Ante Cruzeiro, a los 22 minutos el partido ya estaba terminado, con dos goles a favor del local, malestar por el penal no cobrado y la sensación de que la historia ya era irremontable. Hasta que no haya un cambio de mentalidad, que tiene que bajarse desde arriba, va a ser muy difícil que la historia se revierta. Se podrá ganar un partido cada tanto, pero el destino va a seguir siendo el mismo.

Diferencia de gol: además de quedar último en el grupo, Huracán ahora tiene muchos goles en contra y eso puede complicarlo a la hora de buscar el milagro de la clasificación. Para no depender de los goles, tendrá que esperar que hoy Deportivo Lara no gane ante Emelec, que Cruzeiro no pierda ninguno de los dos partidos que le quedan, y obviamente ganar los dos partidos que nos quedan en el Ducó. ¿Imposible? No ¿Difícil? Si ¿Utópico? No lo sé…

LO FEO

Penalazo: el chileno Julio Bascuñán se comió un penal gigante en el minuto 20, luego de que el arquero brasilero le tapara el empate a Barrios. En el rebote, Damonte empujó la pelota hacia el arco y tenía destino de gol, pero el defensor Dedé la desvió con el brazo en la línea del arco. Era penal y roja, además de la posibilidad del Globo de ponerse 1 a 1. No significa que el partido hubiese terminado diferente, pero por lo menos estaba la posibilidad. Por suerte para nosotros, el fútbol avanza hacia la utilización de VAR en todas las competiciones y Huracán será uno de los equipos más beneficiados con este cambio.

San Lorenzo: siempre es lindo jugar un clásico, pero no me vengan con que este es un buen momento. Los jugadores hablarán de revancha, de que le quieren devolver algo al público quemero, que se deben un triunfo a sí mismos… la realidad es que Huracán se cae a pedazos y San Lorenzo está en plena remontada, ya casi clasificado a octavos de final en la Copa Libertadores, con una defensa que encontró el funcionamiento, y un equipo que superó el temblor y ya está afianzándose nuevamente. Un buen momento era en diciembre, pero ellos no se animaron…

LAS PERLITAS

El mejor: Israel Damonte

El peor: Omar Alderete

El dato I: en cuatro partidos que lleva Huracán jugados en la Copa Libertadores, ningún jugador quemero pudo marcar goles. El único que tiene el equipo en esta edición fue en contra (Manzano, de Deportivo Lara).

El dato II: hacía 43 partidos que Huracán no recibía 4 goles. La última vez había sido por la fecha 14 de la Superliga 17/18, el 4 de febrero de 2018, en la derrota por 4 a 0 ante Racing en Avellaneda.

El dato III: 10 goles en 15 partidos oficiales marcó Huracán desde que Mohamed es el técnico del equipo. El promedio de gol asusta.