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Superliga 2019/20; Fecha 15 – Unión 1 vs. Huracán 0 – Huracán volvió a ofrecer poco, perdió por la mínima en Santa Fe y lleva cinco partidos sin ganar con solo un gol convertido. Néstor Apuzzo repite fórmulas que no dan efecto, insiste con futbolistas que rinden poco y cuesta entender el rumbo de la conducción técnica. La dirigencia no da respuestas convincentes y el 2020 pinta muy mal entre sanciones y crisis económica. ¿Qué estamos esperamos que cambie, si hacemos siempre lo mismo?


Huracán cerró la Fecha 15 de la Superliga, anteúltima del 2019, visitando a Unión en Santa Fe. Ambos equipos traían en su mochila cuatro juegos al hilo sin poder ganar, por lo tanto y más allá de un estadio esquivo parecía una buena oportunidad para que el Globo intente al menos conseguir el resultado.

Néstor Apuzzo repitió defensa con el regreso de César Ibáñez en lugar de Walter Pérez, quien pasó al mediocampo junto a Bareiro, Bogado y Droopy Gómez. Arriba Fernando Coniglio junto a Lucas Barrios, pero lo que parecía un claro 4-4-2 terminó decantando en un impredecible esquema que mostró a Pérez por derecha, Gómez lejísimos del área y Coniglio como volante por la derecha.

De todas formas todo esto terminó importando poco, ya que en apenas cinco minutos Huracán se anticipó a la navidad y le regaló un gol al Tatengue. Un pelotazo largo de Gómez Andrade encontró a Walter Bou entre los cuatro defensores del Globo; Saúl Salcedo intentó jugar de cabeza con Silva pero la dejó corta, Antony jamás intentó siquiera ayudar a contrarrestar el error de su compañero y solo vio como Bou se acomodó tras el pique para tirarla despacito por sobre su posición a gol.

La falla de Salcedo es clara y fundamental en la conquista, pero el área es del arquero, y más de un arquero con experiencia. La pasividad de Silva es más repudiable que el error de Saúl, otra vez el golero paraguayo protagonista principal en un gol rival.

De la nada perdía Huracán, y con muy poco se fue a buscar el empate. El Globo fue un cúmulo de imprecisiones, muchas de ellas provocadas por lo mal parado que estaba el equipo, y pese a que el rival prácticamente no volvió a atacar (Ni siquiera atacó para abrir el score) la defensa tampoco presentaba garantías.

Todo se redujo a Bogado como lanzador, con Gómez en una de sus peores presentaciones con nuestra camiseta, y algún intento de Bettini con sus pésimos centros a la nada. ¿Barrios? Todo lento, anunciado y con la exasperante intención de demostrar calidad en cada toque, pese a que la mayoría de sus intentos terminaba en un rival. Y Coniglio, como suele ocurrir, lejos del arco, del peligro, de toda intención ofensiva.

Ya en el complemento el ingreso de Agustín Curruhinca acompañó otra búsqueda ofensiva del equipo, que aún impreciso y desordenado pisó más el área de Unión. Y así llegaron situaciones que pudieron haber terminado tranquilamente en gol, un apurado zurdazo de Gómez y otro de Barrios, también ancho. El propio Lucas cabecearía, sin dirección, el centro desde la derecha de Coniglio.

Pero ninguna fue tan nítida como la que generó el centro de Nicolás Romat, ya con Cordero en lugar de Bettini, que Sebastián Moyano no llegó a cortar; la pelota quedó servida a Lucas Barrios, quien dominó perfecto y definió tímido al único lugar del arco cubierto, la cabeza del defensor Martínez. Otra vez esa impostada necesidad de definir todo con clase, otra vez Barrios en deuda. Era el empate.

Los minutos finales fueron de ida y vuelta, con Huracán totalmente volcado en ataque tras el ingreso de Vieyra por Romat, pero en definitiva fue Unión quien más cerca estuvo de liquidar aprovechando espacios. Eso sí, el tiro del final fue Quemero, una mediavuelta de Salcedo que Moyano resolvió con cierta dificultad.

Perdió Huracán, lleva cinco sin ganar y solo marcó un gol durante esta racha (4 goles a favor en los últimos 9 partidos). El Globo cayó por muy poco, y con poco también pudo empatarlo, pero este momento ya excede los malos resultados.

La mano de Apuzzo no se ve, más allá del envión logrado en el inicio del interinato, y no está claro a qué juega el equipo. Néstor insiste con fórmulas que solo dan resultados negativos, insiste con Barrios los 90 minutos, con Coniglio tirado rigurosamente a la banda.

Es cierto que las suspensiones y lesiones inciden directamente, pero las dudas sobre el trabajo semanal aparecen cuando Romat lanza en 15 minutos un centro de gol, cuando Bettini no logró prácticamente levantar un servicio interesante en 160. Ver a Pérez por derecha fue demasiado, a los nueves agolpándose, a las dificultades que se repiten fecha a fecha.

Y la respuesta dirigencial solo inquieta, aquella conferencia de prensa donde se aseguró que no tenían problema en sostener a Apuzzo y poner pibes en caso de no poder incorporar. ¿Qué pibes? ¿Barrios?, ¿Romat de central?

Ni hablar de los constantes fallos arbitrales, las sanciones de Superliga, y una economía que, aun con ingresos millonarios por ventas y copas, está en crisis.

A la espera de la renovación de autoridades, Huracán necesita un técnico urgente. El respeto por lo que Apuzzo logró como interino, teniendo o no en cuenta el contexto, no tiene punto de comparación con el respeto que merece el Globo como institución.

Cuanto nos ha costado creer que todo estaba perdido, cuanto nos ha costado administrar miserias con apresurada resignación.

Que Alejandro Nadur y su comisión directiva sepa que su gestión no terminó, y qué quemar el promedio logrado con Alfaro en apenas una temporada es un fracaso deportivo.

Quemero de nacimiento, Socio A01775. Locutor Nacional, redactor y Vermoutheano. 10 años en Soy Quemero.

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