Torneo Socios – Fecha 5 | Huracán 0 vs. Lanús 1 | Huracán jugó su mejor partido en mucho tiempo, y lo perdió. Juntó méritos y muchas situaciones de gol que no logró concretar, quedándose con las manos vacías en otra desatención sobre el final del partido. ¿Cómo equilibrar la notable pero insuficiente mejora con la imperiosa necesidad de sumar?

Tarde primaveral en el Palacio Ducó, allí donde Huracán recibió a Lanús con novedades en su once titular. Por primera vez desde el comienzo del torneo Kudelka paraba un mediocampo con dos futbolistas con más juego que marca, Lucas Vera y Franco Cristaldo, mientras que Ismael Quílez hacía su presentación reemplazando al expulsado Ibáñez. El resto, mismo que el del arranque contra River.

Huracán intentó ser prolijo y profundo, pero le faltó precisión en los minutos iniciales y Lanús no perdonó generando dos claras para romper el cero: un cabezazo de Sand y el tiro largo de López, en ambas Marcos Díaz respondió con excelencia.

Pero con el correr de los minutos el Globo creció hasta dominar el trámite. Mucho tuvo que ver Lucas Vera, con un estilo de conducción que Huracán no tenía y el fútbol argentino carece. Vera, que poco antes jugó gran centro para la apurada definición de Triverio, se encontró huecos y armó sociedades con Silva.

El Mosquito lastimó por izquierda, desde allí probó reflejos de Morales y sacó dos centros bajos que nadie llegó a soplar por el centro del ataque. Lo mismo ocurrió con otro gran pase de Vera para la muy buena penetración de Quílez, que tocó al medio sin éxito.

Pero ninguna fue tan clara como la generada tras recuperación en tres cuartos de Triverio y nuevo desprendimiento por izquierda de Silva. La pelota quedó viva en puertas del área chica y allí Jhonatan Candia inventó una tremenda chilena que Lucas Acosta, figura del primer tiempo, salvó con maestría.

Sin contar estas situaciones, ni el tiro que Vera lanzó a manos de Acosta, Huracán tuvo no menos de otras cuatro pisadas en el área que no logró capitalizar por errores individuales. “Más que esto no se puede hacer”, primera reflexión al terminar la etapa incial, mejor tramo del Globo en mucho, pero mucho, tiempo.

El complemento arrancó con la misma dinámica, otro muy buen ataque de Quílez generó la maniobra que fue de derecha a izquierda hasta llegar a Silva, que cómodo apuró el derechazo alto.

Todo marchaba más o menos bien hasta la salida de Vera, en apenas nueve minutos, y el ingreso de Hezze. Si bien Kudelka declaró pospartido que el cambio respondió a cuestiones físicas del futbolista, las características de Santiago cambiaron inmediatamente la pose de Huracán.

Hezze se esforzó para mostrarse como una alternativa ofensiva, pero el equipo perdió vértigo con el cambio y Lanús supo leerlo para aprovecharlo. El Granate tomó la iniciativa y se plantó en nuestro campo, con mucha gente atacando pero pocas, muy pocas, situaciones claras contra la portería de Marcos Díaz.

Huracán necesitaba reconfigurar el ataque pero las lesiones de Quílez y Lozano, con poco más de diez minutos de diferencia, modificaron todo nuevamente. Con el juvenil lateral Iván Valenzuela en el banco, Kudelka apostó por futbolistas con más experiencia pero de características totalmente diferentes.

Marín entró por Quílez y más tarde el colombiano Moya reemplazó a Lozano. Huracán formó una línea de cinco con tres centrales, Merolla a la izquierda de todos: Marín de cuatro, lógicamente estático, y Jonás Acevedo de 3 adelantado, con mucho campo por delante.

Junto al ingreso de Moya, a quince del final, Kudelka también dispuso en su última oportunidad de modificación el debut en el campeonato de Patricio Toranzo, por un Cristaldo también tocado desde lo físico.

Huracán resultó en un equipo completamente diferente al que comenzó jugando, pero aún con todo lo cuestionable de los cambios (Ingresos de Hezze, Toranzo, la no entrada de un marcador de punta natural y sobre todo la apuesta por Marín) el equipo generó cuatro situaciones clarísimas de gol en los últimos diez minutos.

Todas tuvieron como protagonista a Triverio, la primera fue una recuperación y pase de Toranzo que el nueve definió con potente derechazo a manos de Acosta. La segunda fue la más clara de todas, otro asistencia de Pato para Candia, quien en su puesto natural mató una gran bocha para Kike, que sacó potente tiro apenitas desviado.

En una jugada calcada a la primera Triverio apuró otro tiro cruzado a manos de Acosta, dejando pasar la excelente oportunidad de buscar un pase al centro donde esperaba Candia.

La última se logró con un ataque gestado por el inquebrantable espíritu de Lucas Merolla, quien en posición de volante por izquierda filtró un tremendo pase para Jonás Acevedo; el ex Quilmes se metió al área y jugó el buen centro bajo que sobró a Candia y al derechazo de Triverio, que no la tocó de casualidad.

Donde varios vieron, con sobrada justificación, caos, Huracán tuvo sus mejores minutos del segundo tiempo.

Pero todo se fue al demonio en el último minuto reglamentario. Allí Huracán marcó estático un ataque poco prometedor de Lanús que José Sand transformó en oro con ajustadísimo derechazo desde afuera del área. Poco más que hacer para Marcos.

1-0 increíble. Cuando menos lo buscó, Lanús encontró su gol. Merecido en otros momentos de la tarde, no en ese. Marín sobró la marca de Sand y tanto Moya como Galván dudaron, y ahí este maravilloso delantero hizo lo que mejor sabe hacer.

Huracán hizo lo que hace verdaderamente mucho no hacía para ganar un partido. Pero no convirtió y para colmo lo perdió. 5 puntos sobre 15 posibles son pocos, y si no arrastráramos la piedra que arrastramos desde fines principios del 2019 esta actuación se evaluaría, sin dudas, con otros ojos.

No habrá de forma de conseguir otra tranquilidad que la que da el resultado.

Ganar, eso que Huracán hizo tan poco en los últimos dos años.